Bienvenido Mariscal. Bah, pero qué te voy a recibir yo en tu casa. Qué insolencia la mía. Te necesitamos. Nos necesitamos. Y te estábamos esperando. Nos estábamos esperando. Aunque, a decir verdad, nunca te fuiste. Sos la persona que mejor representa a Independiente. El tipo que transmite como si fuese una antena alrededor del mundo esos valores que a mi viejo le enseñó mi abuelo y que me traspasaron cuando ni siquiera sabía caminar.
Ni hace falta que te explique a vos que "el escudo está por delante de todos". Más bien, vos deberías explicarnos a varios de los de afuera y los de adentro la importancia de este club. Cómo se vive. Cómo hay que tomarse las cosas. Necesitamos que seas un transmisor de aquellos valores que se difuminaron en el tiempo. A los de la tribuna y a los de adentro de la cancha. La importancia de esta camiseta. Hacia dónde aspiran a ir estos colores. Su identidad. Explicar que no alcanza con ganar partidos; queremos hombres que conquisten títulos.
A este equipo le faltó carácter en los momentos clave. Temperamento. El mismo que a vos te brotaba de la piel. Mariscal, el plus que siempre tuviste, que lo tenga tu equipo. Obligalos. Que no se negocie. El que quiera jugar en Independiente, que sepa que necesita ese plus para jugar en Independiente. Este momento del club precisa de eso para terminar de dar el salto: una figura que exija lo mismo que se exigía él como jugador, que exigía como hincha.