El accidente cerebrovascular no es sólo cosas de hombres. De hecho, mata el doble de mujeres que el cáncer de mama. Según estadísticas del ministerio de Salud de la Nación, casi el doble de mujeres mueren por enfermedades cerebrovasculares (9.495 casos registrados), en relación a las tasas de mortalidad por tumores malignos de mamas (5.660 casos registrados).
Es por eso que a fines de 2015 la Asociación Argentina de Ataque Cerebral (AAAC) con el apoyo de la Clínica La Sagrada Familia realizaron una encuesta con el objetivo de medir la evolución del grado de conocimiento que tiene la comunidad acerca de esta enfermedad.
Dentro de los resultados, se conoció que el 60% de los entrevistados cree que no hay diferencias entre sexos en relación a los riesgos de sufrir un ACV, mientras que el 40% considera que los hombres mueren más por esta causa que las mujeres.
Actuar rápido es clave. El tiempo que transcurre desde que se desatan los síntomas del ACV hasta la implementación del tratamiento es fundamental para revertir las secuelas.
"El ACV es una enfermedad grave pero si la persona recibe un tratamiento específico dentro de las 6 horas, hay más chances de recuperación completa o secuelas mínimas", advirtió el doctor Pedro Lylyk, presidente de la Asociación Argentina de Ataque Cerebral y Clínica de La Sagrada Familia (AAAC), quién propone la regla de las " cinco C" para reaccionar rápidamente.
1) Cabeza, dolor súbito y de máxima intensidad
2) Confusión, dificultad para hablar o entender
3) Cuerpo, debilidad u hormigueos en la mitad del cuerpo
4) Caminata, inestabilidad en la marcha o pérdida de equilibrio
5) Ceguera, dificultad para ver con uno o ambos ojos
El ejercicio físico, un aliado
El ejercicio moderado ayuda a reducir un 20% el riesgo de ataque cerebral en mujeres
La American Stroke Association remarca que no hace falta "correr una maratón sino caminar a paso ligero". El beneficio también estaría presente en las mujeres postmenopáusicas a las que se les administra hormonoterapia, y en las que el riesgo de sufrir un ACV aumenta un 30%".
Los investigadores analizaron información médica de 133.479 mujeres en el marco del Estudio de Maestros de California para analizar cuántas habían sufrido un ataque cerebral entre 1996 y 2010,
y las conclusiones fueron contundentes: aquellas que reportaron la realización de actividad física moderada fueron 20% menos propensas a sufrir un ACV, en comparación con las mujeres que no realizaban actividad física.
Al respecto, el doctor Lylyk sostuvo: "La postmenopausia es un periodo de aumento en el riesgo de Ataque Cerebrovascular (ACV) y hasta el momento ninguna terapia de reemplazo hormonal ha demostrado ser efectiva en reducir esa posibilidad".
Por su parte, los autores del estudio -integrantes del departamento de ciencias de la población del Instituto de Investigación Beckman de la Ciudad de Hope en California- manifestaron su sorpresa al encontrar que la actividad física moderada pero sostenida en el tiempo fue más beneficiosa que la actividad más exigente como correr o realizar ejercicios aeróbicos.
"Cuando pensamos en ACV y mujer debemos considerar la actividad física porque la obesidad y el síndrome metabólico implican un riesgo mayor, al igual que el uso de anticonceptivos, especialmente en presencia de otros factores de riesgo o en caso que la mujer sea fumadora y haya tenido otros eventos de trombosis", completó Lylyk.
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