Mario Vargas Llosa a Sean Penn: "Además de dictadores, los progresistas de Hollywood defienden a asesinos en serie"

El premio Nobel de Literatura criticó duramente al actor: "Presenta al Chapo como víctima de un sistema que sus admirados Fidel Castro y Chávez han comenzado a liquidar". Y sentenció: "La entrevista es malísima"

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El reconocido escritor peruano, Mario Vargas Llosa, criticó duramente al actor Sean Penn por la entrevista que le realizó a Joaquín "El Chapo" Guzmán en octubre, meses antes de la recaptura del entonces narcotraficante más buscado del mundo. "La entrevista, que apareció en la revista Rolling Stone, es malísima, una exhibición de egolatría desenfrenada y payasa y, para colmo, desbordante de simpatía y comprensión hacia el multimillonario y despiadado criminal al que se le atribuyen cerca de tres mil muertes además de incontables desafueros, entre ellos gran número de violaciones", señaló en un artículo publicado en el diario español El País.

El Premio Nobel consideró que la estrella de Hollywood es "un muy buen actor" y que tiene fama de "'progresista', término que, tratándose de gente de Hollywood, suele significar una debilidad irresistible por los dictadores y tiranuelos tercermundistas".

"Ser progresista en Hollywood significa una debilidad irresistibles por dictadores tercermundistas"

"El caso de Sean Penn sólo se entiende por la extraordinaria frivolidad que contamina la vida política de nuestro tiempo, en el que las imágenes han reemplazado a las ideas y la publicidad determina los valores y desvalores que mueven a grandes sectores ciudadanos", puntualizó.

Vargas Llosa se mostró indignado en su columna debido al adulador trato que le propinó el actor al narcotraficante, quien se presume ha causado la muerte de varios periodistas que lo investigaban.

El premio Nobel de Literatura criticó duramente al actor: "Presenta al Chapo como víctima de un sistema que sus admirados Fidel Castro y Chávez han comenzado a liquidar". Y sentenció: "La entrevista es malísima"

"Qué cómodo es para estos personajes, desde Hollywood, es decir, desde la seguridad jurídica —nadie irá allá a despojarlos de sus casas, negocios, inversiones, ni a tomarles cuenta por lo que dicen y escriben—, el confort y la libertad de que gozan, jugar a ser "progresistas", aceptando invitaciones de sátrapas ineptos, que los tratan como reyes y los adulan, halagan y regalan, y a defender regímenes opresores y brutales, que hacen vivir en el miedo, la escasez y la mentira a millones de ciudadanos a los que han quitado la palabra y los más elementales derechos", manifestó el autor de célebres libros como La ciudad y los perros, Conversación en La Catedral y La guerra del fin del mundo.

El escritor peruano agregó: "Ahora, además de dictadores, los "progresistas" de Hollywood defienden también a delincuentes comunes y asesinos en serie, como el Chapo Guzmán, pobre hombre que, según Sean Penn, llegó al delito porque era la única manera de sobrevivir en un mundo atrofiado por la injusticia y los oligarcas".

"Sean Penn desborda simpatía y comprensión hacia el multimillonario y despiadado criminal del Chapo"

Vargas Llosa subrayó que "el periodismo, por desgracia, es también una de las víctimas de la civilización del espectáculo de nuestros días, donde aparecer es ser y la política, la vida misma, se ha vuelto mera representación. Utilizar esta profesión para promoverse y difundir ideas frívolas, banalidades ridículas y mentiras políticas flagrantes es también una manera de agraviar un oficio y a unos profesionales que hacen verdaderos milagros para cumplir con su función de informar la verdad por salarios generalmente modestos y corriendo grandes peligros".

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"Era humillante estar bajo sus órdenes".

Posted by Infobae América on sábado, 23 de enero de 2016

Durante el artículo y citando un artículo del escritor Don Wislow, criticó que Sean Penn no preguntara al capo –entre otras cosas– "cuántos millones de dólares ha gastado el Chapo comprando jueces, políticos y policías, la razón por la que decidió firmar un acuerdo de colaboración con la organización sádica y homicida de los Zetas, y por qué aceptaba que sus sirvientes le llevaran niñas púberes a su celda en los períodos que pasó en prisión".

Hacia el final, el Nobel de Literatura se despachó con un furibundo golpe hacia la estrella del cine norteamericano. "Las razones por las que Sean Penn no preguntara nada incómodo al Chapo Guzmán nosotros las sabemos de sobra: él fue a entrevistarlo con las respuestas del asesino ya fabricadas por su propia frivolidad o cinismo: presentarlo como la víctima de un sistema (un héroe, en cierta forma) económico y político que sus admirados Fidel Castro y Chávez han comenzado a liquidar. Y apuntalar con ello su bien ganada fama de 'progresista', además de actor famoso y millonario".