En el cine argentino se han generado muchas frases que quedaron en la historia. Palabras que se incorporaron a nuestra vida cotidiana, producto de películas que trascendieron la época y se volvieron populares. A continuación, un conteo de las 12 que se transformaron en inolvidables para cualquiera que haya visto los films (o se los hayan contado).
Luis Brandoni en Esperando la Carroza: "Tres empanadas que le sobraron de ayer para dos personas"
Guillermo Francella en Un argentino en Nueva York: "¡La teta, señora!"
Emilio Disi en Los Bañeros más locos del mundo: "¡Gorda lechona!"
Héctor Alterio en Caballos Salvajes: "La puta que vale la pena estar vivo"
Pablo Rago en El Secreto de sus Ojos: "Usted dijo perpetua"
Isabel Sarli en Y el demonio creó a los hombres: "¿Qué pretende de mí?"
Diego Torres en La Furia: "¡Guardia!"
Fernán Mirás en Tango Feroz: "Todo no se compra, todo no se vende"
Ricardo Darín en Nueve Reinas: "Trolos no faltan, lo que faltan son financistas"
Edgardo Nieva en Gatica, el Mono: "¡Mono las pelotas, oligarcón!"
Luis Brandoni en Cien veces no debo: "Le llenaron la cocina de humo"
Valeria Bertuccelli en Un novio para mi mujer: "Todos de sagitario"