Poco importa el análisis de un juego donde la jerarquía de uno sobre el otro es abrumadora. Esto pesó y mucho. Igualmente, fue muy digno lo de Crucero del Norte, aunque está claro que no incomodó nunca.
Enfrente estuvo un Boca que no jugó bien y que mostró su mejor nivel sólo en la primera media hora. En ese lapso pudo marcar varios goles. Luego, se fue desdibujando y dejó correr los minutos sabiendo que, salvo que se cometa un error garrafal, no se lo empatarían. Dejando de lado todo esto, lo único que importaba de este partido era sumar los tres puntos. Poder sacarle seis de distancia a San Lorenzo y ocho a Rosario Central, al que visitaremos en la última (Dios quiera, ya como campeones).
Y Boca lo logró. Se podrán discutir las formas, porque el equipo no jugó nada bien y es cierto. Pero, ¿a quién le importa eso a esta altura? Atrás, muy atrás, quedaron los sueños de los Cuervos. A tres fechas del final, Boca ya tiene un 75 por ciento de campeonato en el bolsillo. Se vendrán un par de semanas para recargar las pilas de cara al sprint final y para tratar de cerrar un torneo que no se nos puede escapar.
Por supuesto, contando con Carlos Tevez será imposible que eso suceda. Carlitos, con poco, volvió a ser la figura. Suena repetitivo, pero él es así. Se carga el equipo al hombro, insiste, genera y obliga. Erró otro penal, pero no aflojó y volvió a participar del gol. Siempre está.
Falta muy poco. El campeonato está ahí nomás. A seguir así, i"que/i ide la mano de Carlos Tevez... Todos la vuelta vamos a dar"./i