Síndrome de Sensibilidad Central, la enfermedad subestimada

El SSC agrupa síntomas como dolor, cansancio, insomnio, desánimo y dificultad para concentrarse. Se presenta con mayor prevalencia en las mujeres. Cómo detectarlo

Compartir
Compartir articulo
 shutterstock 162
shutterstock 162

El recientemente identificado Síndrome de Sensibilidad Central (SSC) agrupa a un conjunto de enfermedades como la fibromialgia, la fatiga crónica, colon irritable, dolor miofacial, dismenorrea, cistitis intersticial e hipersensibilidad química múltiple, entre otras.


Quienes padecen este síndrome presentan ampliada la zona de recepción del dolor en el cerebro y, muchas veces, la variedad e inespecificidad de los síntomas hace que los familiares y médicos subestimen al paciente y no le den a su afección la entidad que tiene.


La Dra. Andrea Márquez López Mato, médica psiquiatra y especialista en medicina del dolor, directora del Instituto de Psiquiatría Biológica Integral (IPBI) explicó: "Hasta el presente, se conocía que todo este grupo de enfermedades de distinto origen compartían determinadas características, con síntomas comunes como dolor, cansancio, insomnio, desánimo y dificultad para concentrarse, y que presentaban una mayor prevalencia en el sexo femenino, pero se desconocía qué mecanismos tenían en común".


"Recientemente el Dr. Muhammad Yunus, profesor de medicina de la sección reumatología de la Universidad de Illinois, Estados Unidos, sumó trabajos en los que se corroboraba -mediante estudios de neuroimágenes- que todas ellas presentaban una ampliación en la zona de recepción del dolor en el cerebro, y las agrupó bajo el nombre de Síndrome de Sensibilidad Central", agregó.


Estas patologías, como todas las enfermedades crónicas, activan patrones inflamatorios que producen depresión, por lo que muchas veces se presentan también depresiones secundarias a la enfermedad. En la misma medida, los cuadros de depresión pueden generar dolor en sí mismos, y esto se debe a que por la acción de las citoquinas proinflamatorias, promueven una disminución en los niveles de ciertos receptores cerebrales como la serotonina, la noradrenalina y la dopamina.


 shutterstock 162
shutterstock 162

El origen del síndrome

Puede ser desde factores genéticos hasta traumas físicos, estímulos periféricos, trastornos del sueño, estrés y eventos adversos sufridos en edad temprana. Aunque también puede manifestarse como síntoma secundario a otras enfermedades estructurales como la artritis reumatoidea, la osteoartritis, el lupus sistémico, el trauma postquirúrgico, infecciones (por HIV y otras), pancreatitis crónica, síndrome de dolor regional complejo, neuropatías, o por el consumo abusivo de drogas, como por ejemplo de morfina.


"Mediante la realización de pruebas cognitivas, pudo establecerse también que casi todas estas enfermedades pertenecen a lo que se denomina 'Neblina Cognitiva', que hace que los pacientes presenten un rendimiento intelectual más lento o limitado. Muchas veces la variedad e inespecificidad de los síntomas genera que los familiares y los propios médicos subestimen al paciente, y no le den la entidad que realmente tiene", remarca la Dra. Márquez López Mato.


Cómo es el tratamiento

En cuanto al tratamiento, todas las patologías comprendidas en el SSC presentan poca o nula respuesta a los analgésicos comunes e inclusive a la morfina, y la mayoría de las veces responden a los psicofármacos, que son aquellos medicamentos que trabajan sobre el Sistema Nervioso Central (SNC) como los antidepresivos y los anticonvulsivos.


Para el Dr. Yunus, quien participó en Buenos Aires como invitado del Foro del Dolor y Sistema Nervioso Central, el tratamiento del SSC consiste en mitigar el estímulo periférico (por ej. la artritis), indicar aquellos medicamentos que actúan a nivel central, como por ejemplo los antidepresivos tricíclicos (inhibidores de serotonina y norepinefrina) y controlar los métodos de tratamiento, como la terapia de comportamiento cognitivo.


"Estos pacientes suelen ver disminuida su calidad de vida, con problemas en sus actividades laborales y estudios".

"También tienen complicaciones hasta en las propias relaciones sociales y familiares. Además, generalmente deambulan por diversos consultorios antes de llegar a un diagnóstico preciso sobre su afección, ya que recién en los últimos años se las tomó como enfermedades 'reales' y se dejó de considerarlas como un invento de los propios pacientes", destacó la especialista.


"Los profesionales que más ven este conjunto de patologías que integran el SSC, además de los clínicos y médicos de familia, suelen ser los reumatólogos, los traumatólogos, los anestesistas y los psiquiatras, sobre todo aquellos psiquiatras especializados en el tratamiento de estas afecciones caracterizadas por el dolor y que se detectan mediante estudios de neuroimágenes", concluye la Dra. Márquez López Mato.