En la Final del Mundial de Brasil frente a Alemania, el 13 de julio del año pasado en el Maracaná, otra pudo haber sido la historia de la Selección si Gonzalo Higuaín aprovechaba el mano a mano en el primer tiempo ante la humanidad de Manuel Neuer. Solo de cara al arco y con todas las opciones a su merced, el ex delantero de River remató desviado y hasta el día de hoy se lamenta por dicha situación desperdiciada.
Un rato más tarde, el "Pipa" se paró frente a la pelota luego de la ejecución de Messi y tiró el balón a la tribuna, generando el inicio del fin. En la otra ejecución argentina, Éver Banega marró el suyo y le dejó la puerta abierta a Chile para que festeje.
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