El presidente ruso, Vladimir Putin, invitó al flamante primer ministro de Grecia a visitar Moscú en mayo, inmediatamente después de que la relación entre Atenas y Berlín sufriera unos chispazos por desacuerdos sobre el rumbo de la política exterior de la Unión Europea, fundamentalmente con relación a Ucrania.
Alexis Tsipras manifestó su intención de aceptar la invitación y adelantó que participará en las celebraciones rusas del 9 de mayo por la victoria en la Segunda Guerra Mundial contra los nazis, informó su oficina.
Además, durante la conversación telefónica que mantuvieron ambos líderes, Putin felicitó a Tsipras "por la formación de su gobierno tras las legislativas del 25 de enero", informaron desde Moscú.
En el mismo diálogo, ambos dirigentes subrayaron la necesidad de reforzar la cooperación entre Grecia y Rusia, "dos países que mantienen relaciones históricas y profundas, en el sector de la economía, del turismo, la cultura y los transportes", informó el comunicado.
También hablaron sobre la evolución internacional y regional, así como "la importancia de asegurar la paz y la estabilidad de Ucrania".
El nuevo gobierno de Tsipras se atribuyó el mérito de haber bloqueado las nuevas sanciones que se discutían en la UE sobre Moscú por apoyar a los separatistas en Ucrania.
Esta decisión ha llevado a expertos en política europea a analizar que la llegada al poder de la coalición de izquierda radical supone un caballo de Troya de Putin en la Unión Europea.
Tsipras no ha escondido nunca su postura cercana a Rusia, así como que es favorable a un mayor liderazgo ruso en la geopolítica mundial.
En una entrevista celebrada antes de la reunión de ministros de Defensa de la OTAN en Bruselas el jueves, la ministra alemana de Defensa, Ursula von der Leyen, expresó su disgusto por la posición de Grecia.
El ministro griego de Defensa, Panos Kammenos, consideró que los comentarios de la funcionaria eran "inaceptables y abusivos".
Kammenos agregó que "