El acto por el Día Internacional del Holocausto fue el marco elegido por la comunidad judía para arremeter con dureza contra el gobierno nacional. En la sede de la AMIA, la crítica principal estuvo motivada por la firma del pacto con Irán. A eso se sumó el reclamo de que se esclarezca la muerte de Alberto Nisman y que la Justicia evalúe la denuncia por encubrimiento que el fiscal presentó antes de morir.
Luego de lamentar la firma del pacto "con un país negacionista, justo el día de la Shoá", el tesorero de la DAIA, Mario Comisarenco, justificó la decisión de la colectividad judía de no asistir a la ceremonia organizada por el kirchnerismo en la sede de Cancillería: "En honor a las víctimas (del atentado de 1994), no vamos a compartir una mesa con quienes no nos brindan la verdad ni mucho menos justicia".
El fragmento más duro del discurso tuvo que ver con la desconfianza: "Acuerdos de origen dudoso, promesas incumplidas, escuchas telefónicas, 'tapones de punta' (la frase que utilizó Diana Conti para advertirle a Nisman que lo iban a indagar con dureza cuando expusiera el Congreso) y dudas, muchísimas dudas, hacen que nos cueste seguir creyendo".
"Nos encontramos frente a una encrucijada inesperada, las instituciones no estamos para contestar preguntas, sino para hacerlas: ¿Por qué se firmó un acuerdo con un país que niega la Shoá? ¿Cuáles son los alcances de la reciente denuncia que formuló Nisman? ¿Por que apareció muerto? ¿Cuál es la responsabilidad de los diferentes funcionarios frente a tan terrible golpe a la causa?", preguntó el representante de la DAIA.
Hubo un párrafo aparte para recordar al fiscal: "Hoy venimos a honrar la memoria de las víctimas de la Shoá y del 70º aniversario de la liberación del campo de concentración Auschwitz, pero también a rendirle honor a Alberto Nisman, un fiscal que fue víctima por el solo hecho de investigar el ataque más violento que sufrió la República Argentina".
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