La Iglesia rechazó el proyecto oficial de fertilización asistida

La Conferencia Episcopal se pronunció en contra de la iniciativa y consideró que "no todo lo que técnicamente sea posible es éticamente aceptable". Nicolás Lafferriere, doctor en ciencias jurídicas, aseguró a InfobaeTV que "la vida humana no es descartable"

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La Conferencia Episcopal Argentina sacó un comunicado en contra del proyecto de ley sobre técnicas de reproducción humana asistida que se tratará en la Cámara de Diputados en los próximos días.

En el texto, los obispos dijeron que a pesar de que comprenden "los problemas que rodean a las situaciones de infertilidad", no todo lo que técnicamente sea posible es éticamente aceptable.

Nicolás Lafferriere, doctor en ciencias jurídicas, explicó en InfobaeTV dónde está la objeción central que plantea la Conferencia Episcopal Argentina. "Para nosotros fue una sorpresa saber que se avanzó en un proyecto que no protege al embrión, por el contrario se lo considera descartable. Eso, desde el punto de la bioética personalista, nos generó una fuerte inquietud", señaló.

En tal sentido, el facultativo recordó que desde el año pasado la "Argentina tiene una ley de cobertura de las técnicas de fecundación artificial, pero quedó pendiente la cuestión de la protección del embrión humano".

La Iglesia argentina realizó un llamado de atención y en un contundente comunicado aseguró que "la vida humana no es descartable". "La biotecnología nos puede dar la ilusión de que la vida humana es un recurso biológico más, pero tenemos que descubrir que una cosa son los gametos y otras cosas son los embriones, donde ya se creó la unidad", enfatizó.

Lafferriere señaló que en el mundo "hay todo un valor simbólico de fondo respecto a la fecundación in vitro y una gran discusión". "Pareciera que la procreación humana se traslada a una lógica productiva cuando se utilizan técnicas de fecundación in vitro, pero el principal tema es no destruir embriones", remarcó.

En tal sentido, el documento del Episcopado advierte sobre la necesidad de "imponer límites para no destruir embriones humanos". "En el mundo hay mucha codicia porque el embrión tiene mucha potencialidad y quieren usarlos para fines de investigación", explicó. Incluso, planteó un debate geopolítico respecto al tema. "El legislador argentino no ha reparado suficientemente en los puntos que estaban en debate", añadió.

"Hay un negocio detrás de esto: Europa negó que se hagan patentes que impliquen la distribución de embriones humanos y los EEUU sí lo permiten. Por eso, nosotros podemos convertirnos en un lugar donde se puedan generar, en el mercado global, líneas de investigación con embriones que después sean exportadas a otros países", manifestó.

Para Lafferriere, otra de las omisiones del nuevo Código Civil es que no menciona el derecho a la identidad en el capítulo referido a fecundación artificial. "El ser humano no puede considerarse como un recurso biológico donde selecciono la materia prima (los gametos) y generar el mejor resultado. Esto le mete una lógica productiva a la vida", concluyó.

El proyecto mencionado, aunque declama buscar "la protección del embrión no implantado" (art. 1), propone la legalización del "descarte" de embriones (arts. 12, 19 y 20), la discriminación entre embriones (art. 14), la destrucción obligatoria y utilización de embriones para investigación (arts. 12 y 14), entre otras manipulaciones a la vida concebida. También genera problemas jurídicos en los que se puede ver afectado el derecho a la identidad de los niños concebidos por estas técnicas.

En tal sentido, el Estado no se puede retirar de su función de proteger la vida. Tampoco puede ceder un campo tan crucial como el de la procreación humana a intereses biotecnológicos que terminan convirtiendo al ser humano en un objeto. El abordaje de este tema debe ser integral, incluyendo una prioritaria promoción del instituto de la adopción. Ante la sacralidad de cada vida humana, que es única e irrepetible, estamos llamados a actuar con la máxima justicia y respeto por la dignidad de la persona.

En su exhortación "Evangelii Gaudium" el Papa Francisco llama la atención sobre la "cultura del descarte" que se verifica en distintos órdenes de la vida social y que "considera al ser humano en sí mismo como un bien de consumo, que se puede usar y luego tirar" (EG 53).

El sentido de esta reflexión es buscar lo mejor para nuestra Patria y el bien de todas las personas. Ponemos esta declaración a los pies de nuestra Madre de Luján, para que nos ayude a cuidar la vida humana.