En su cuarta novela, Alejandro Parisi vuelve a narrar una historia del Holocausto. En un libro anterior, El Ghetto de las ocho puertas, tomó la historia de la sobreviviente del Ghetto de Varsovia, Mira Ostromoglinska. La flamante La niña y su doble (Editorial Sudamericana), se basa en la vida de Nusia Stier de Gotlib. Estas obras están unidas por algo más: Nusia es amiga de Mira y haber leído su vida la incentivó a contar la suya. Su familia se conectó con el escritor que durante quince encuentros de varias horas la escuchó para armar esta novela que se lee con el ritmo de una buena película y que demuestra que la lucha por la sobrevivencia puede ser infinita. Parisi dedica gran parte del libro a escribir sobre los años de la infancia en los que Nusia llegó a tener tres nombres, a cambiar de religión y a adaptarse al idioma y a la Ciudad que sea para sobrevivir al horror nazi. "Siento que conocí a una mujer que sobrevivió a un montón de cosas y la ayudé a contarlo", dice el autor en este diálogo con Infobae.
-Claro. Ella cuando se va, el padre le dice: hablá poco, pasá desapercibida y sobreviví. Lo más importante de su vida le ocurrió en su infancia, eso le condicionó su juventud y su madurez. Incluso eso le formateó la personalidad.
-Sí. Uno de los mayores anhelos de los hijos era que ella contara la historia y yo escribiera el libro para conocer la historia de su madre en detalle. Sabían vagamente que se hizo pasar por una huérfana ucraniana católica y que la adoptó un matrimonio ucraniano que casualmente él era la mano derecha de Petlyura, que era el que llevaba adelante los Pogromos contra los judíos en Galitzia antes de la Primera Guerra. Un tipo, cuyo nombre estaba ligado a su orgullo de cortarle las manos a los judíos y se las guardaba. Ella vivió con ese tipo y ese tipo la salvó de los nazis, en un punto.
-En la parte donde estaban ellos, no hubo todo el proceso que hubo en Varsovia, donde fue todo paulatino. Cuando los alemanes cruzan la frontera rusa, ya se sabía que estaba la solución final en marcha. No lo creían pero lo sabían. Lo que dice siempre Nusia es que además de no darse cuenta de lo que ella hacía, había algo de irracionalidad, de estupidez, de a mí no me va a pasar nada y yo voy a pasar delante del Batallón de las SS siendo judía y a mi no me va a pasar nada. Es sobreviviente por eso: ella dice estupidez pero es un valor importante, más sabiendo que tenía doce años.
-Sí, del 39 al 47 es lo más importante y es lo que ella quería contar. Ella ocultó muchas cosas a su familia por la culpa de haber sobrevivido. Primo Levi se tiró en el hueco de un ascensor. A los sobrevivientes no a todos les pegó igual el hecho de haber sobrevivido entre seis millones de muertos.
-Parece madurez pero es inconciencia para sobrevivir. Hay dos personajes que son sus primos, uno se vuelve loco porque es grande y sabe lo que está pasando. A ella no le pasa eso y es que es una niña. Los chicos que sobrevivieron, lo hicieron subterráneamente, fueron escondidos o dados en adopción o con identidad falsa.
-Es curioso: la ciudad de ella tuvo tres nombres y vivió en los tres nombres y cuando estuvieron los alemanes, tuvo que hablar alemán; con los polacos, polaco y con ucranianos hay que hablar ucraniano o ruso. Y a ella le pasa lo mismo con ella misma, se cambia el nombre, la religión. Ella no venía de una familia judía practicante, sí creyente. Pero cuando tiene miedo reza oraciones católicas. Y hasta el día de hoy, ella va y prende una vela en una Iglesia por la gente que la ayudó en la guerra.
-Es la mayor pérdida que ella tuvo en la guerra. El padre es un personaje hermoso. Respetaba el Shabat pero cuando llegan los rusos se hace comunista de un día para otro y ella lo sigue y hace todo lo que hace para seguir los consejos del padre. El padre era un tipo muy valiente, de mundo, que se rodeaba con las autoridades polacas, después con los rusos, después con los nazis. La guerra le quitó su ídolo.
-Son dos vertientes: o no podés vivir y te tirás por el hueco del ascensor o disfrutás la vida. Ellos disfrutaron mucho la vida. Ellos son un culto a la vida: sobrevivimos a esto, no nos puede matar nadie. Es una actitud envidiable.
-Es el relato de ella. Todas las escenas pasaron. Yo hago ficción, le pongo el decorado y la locación. El cómo y el dónde pongo yo. Cuando cuento algo me interesa verlo, no me interesa escribir sobre reflexiones, no es mi estilo.
-Cuando terminé este libro me puse a escribir un policial irónico, como que necesitaba ser políticamente incorrecto pero por mí no por otra cosa. Pero escribir este libro me gustó, me sentí cómodo y al margen de lo literario, siento que conocí a una mujer que sobrevivió a un montón de cosas y la ayudé a contarlo.
"La niña y su doble" es una increíble novelización de la vida de Nusia Stier de Gotlib. Nacida en una familia judía de Lwow, en 1941 Nusia presenció la llegada del ejército ruso que décadas antes había masacrado a su familia materna en los Cárpatos. La vida de una niña que tuvo que hacerse pasar por otra para sobrevivir al nazismo. Europa del Este. 1939. Rusia invade la ciudad de Lwow alterando la vida de miles de familias. Dos años más tarde, desde el Oeste, una plaga asesina revolverá la tierra con el objetivo de exterminar a todos los judíos. Nusia, la heroína de esta novela, es tan solo una niña que intentará resistir junto a su familia las embestidas nazis. Crecerá entre el ruido de las bombas y el silencio de las ausencias, y deberá abandonar su ciudad, su familia, su lengua y hasta su propio nombre. Se transfigurará en otra niña para seguir los consejos de su padre: callar, rezar, mentir. Con valor y astucia, adoptará la identidad de Slawka y recorrerá la Europa arrasada, alejándose de los suyos y adentrándose en las fauces del Tercer Reich. Será ucraniana, será católica, será hija adoptiva de un héroe de guerra capaz de matar a veinte mil judíos en una misma noche. Nusia hará cualquier cosa para cumplir la promesa que le hizo a su padre: sobrevivir a la barbarie. La niña y su doble es una historia de vida en medio de la muerte. La fuerza arrolladora de Nusia, su entereza y el amor infranqueable que siente por su familia son retratados de forma magistral por Alejandro Parisi, uno de los mejores narradores de su generación.
Alejandro Parisi nació en 1976 en la Ciudad de Buenos Aires. Es guionista y escritor. Varios de sus cuentos han sido publicados en distintas antologías de Argentina, España, Francia y Alemania. Delivery (Sudamericana, 2002) fue traducida al italiano por E/O Edizioni en 2007. Luego publicó El ghetto de las ocho puertas (2009) y Un caballero en el purgatorio (2012). http://aleparisi.blogspot.com.ar/