En River se viven tiempos de tempestad. Es que no sólo el equipo está teniendo un muy pálido desempeño (a tal punto que la segunda caída al hilo despertó la furia de Ramón Díaz para con sus dirigidos), sino que además habría secuelas extrafutbolísticas. Esto se debió a que la derrota de local frente a Godoy Cruz por la tercera fecha del Final no solamente dejó el 'mal sabor' del resultado, sino además la latente posibilidad de una sanción por arrojar un 'maderazo' que impactó en la espalda de Leandro Grimi cuando festejaba junto a sus compañeros el segundo tanto del elenco mendocino.
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