La protesta de los cafetaleros en una veintena de ciudades y poblados de Colombia tuvo un saldo de, al menos, 59 heridos, según informa la prensa local. Durante el paro, en reclamo de medidas gubernamentales más efectivas contra la crisis que atraviesa el sector, se registraron incidentes y enfrentamientos entre los manifestantes y las autoridades.
El coordinador del Movimiento por la Defensa y la Dignidad de los Cafeteros de Colombia, Óscar Gutiérrez, confirmó a la agencia de noticias EFE que en el punto de Remolinos, entre los pueblos de La Virginia y Anserma en Caldas (centro-oeste), se registraron "al menos seis heridos".
Los manifestantes reportaron, a través de los medios, que hubo otros once heridos en Calarcá, en el vecino departamento del Quindío, mientras que en el pueblo de Garzón, en el Huila (sur), Gutiérrez señaló que hubo dos lesionados más durante las represiones policiales.
Por su parte, el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, reivindicó este lunes las ayudas que ha prestado su gestión a este colectivo, y calificó la convocatoria de "inconveniente, innecesaria e injusta". Asimismo, el Gobierno aseguró que solo negociará con la Federación Nacional de Cafeteros.
Las protestas de este lunes habían sido convocadas por el Movimiento por la Defensa y la Dignidad de los Cafeteros de Colombia en 32 municipios del país, en los que "reinó la tranquilidad en la mayor parte de los casos", de acuerdo con el coordinador de la iniciativa.
Pese a que la Policía Nacional desplegó por orden del alto Gobierno unos 15.000 agentes en los principales puntos de concentración y a que la organización había pedido que no lo hicieran, algunos caficultores decidieron bloquear las vías de acceso de distintas ciudades.
El primer día de paro cafetero fue convocado por parte de los 2 millones de pequeños productores que viven de este sector en el país, que desde hace un año se han visto afectados por bajos precios del grano, entre otros problemas.
En los últimos días, el valor de cada carga de café no superó los 515.000 pesos (unos 285 dólares), mientras que el coste de producción es de unos 700.000 (unos 388 dólares), según remarcan los productores.
A esto se suma a la apreciación del peso colombiano, las temporadas de intensas lluvias desde 2010 y las plagas de roya y araña roja en las plantas, que han empobrecido paulatinamente a los caficultores y ha reducido drásticamente el nivel de producción.
Los cultivadores reclaman un precio justo del café y precios más bajos para los abonos y pesticidas, así como medidas más flexibles ante los embargos que han empezado a sufrir algunos propietarios en quiebra.
Cifras de la Organización Internacional del Café indican que Colombia se encuentra, con 8 millones de sacos de 60 kilogramos, en el cuarto puesto de países productores que más exportaron en 2012, por detrás de Brasil que exportó 50,8 millones de sacos, Vietnam con 22 millones e Indonesia con 10,9 millones de sacos.