Vélez Sarsfield es uno de los protagonistas del fútbol argentino y a nivel continental siempre está en los primeros planos. Sin embargo, ninguna de las últimas participaciones se compara con la del año 1994, cuando de la mano de Carlos Bianchi se quedó con la Copa Libertadores y llegó a Japón para enfrentar al Milan de Arrigo Sacchi, que venía de obtener la Champions League ante el poderoso Barcelona, al que barrió 4 a 0. Por su parte, el "Fortín" superó en Brasil al San Pablo en una serie de penales estupenda.
El "Fortín" era el que iba por la hazaña, porque el Milan era un equipo con figuras a nivel mundial, y que además estaba acostumbrado a jugar esta clase de encuentros; sin embargo, un año antes el San Pablo lo había sorprendido al ganarle por 3 a 2 en la final de 1993 (los brasileños habían conquistado la Copa Libertadores y los italianos fueron subcampeones de la Champions League, pero jugaron la Copa Intercontinental porque el Olympique Marsella fue sancionado por irregularidades y no pudo estar a pesar de ser el campeón).
Ante esto, el "Rossonero" se consagró al año siguiente y llegó a Japón con ganas de tomarse revancha de la derrota ante San Pablo; y para eso buscaba superar a un equipo humilde como Vélez. Pero nada fue como lo esperaban los europeos, porque el conjunto de Arrigo Sacchi jamás le encontró la vuelta al encuentro y los de Carlos Bianchi, con un enorme José Luis Chilavert y la astucia de un goleador como Omar Asad, se quedaron con el encuentro por 2 a 0 y dejaron con las manos vacías al Milan para llegar a lo más alto del fútbol mundial. El primer tanto fue de penal de Roberto Trotta y el segundo del "Turco", quien aprovechó un error de la defensa.
En aquel encuentro, Vélez formó con: José Luis Chilavert; Héctor Almandoz, Roberto Trotta, Víctor Sotomayor, Raúl Cardozo; Marcelo Gómez, Christian Bassedas, José Basualdo, Roberto Pompei; Omar Asad y José el "Turu" Flores. Con ellos, el conjunto de Liniers dio la vuelta olímpica y se coronó campeón mundial a nivel clubes, en lo que es hasta ahora el único título de toda su historia.