Definir a Palermo es complicado. Bianchi intentó diciendo que es "El optimista del gol". Pero se quedó cortó. Otros dicen que es "un goleador estupendo". Y estos se quedaron mucho más corto aún. La realidad indica que no hay un calificativo exacto para definir al máximo goleador en la historia de Boca.
Tal vez, un adjetivo podría ser, en términos futboleros, "crack". La verdad es que este sí puede ser. Para muchos un "crack" es solamente aquel que tira caños, el que elude dos o tres rivales sin despeinarse o el que hacer jugar a todo el equipo. Y esto es cierto. Pero más cierto es que "crack" es aquel que cumple su función a la perfección. Y Palermo, la suya, la cumple mejor que nadie. Ningún arquero ataja mejor que lo que el '9' significa dentro del área. Ningún habilidoso es tan desequilibrante como Martín dentro del área. Ningún '10' es tan buen asistidor como el "Titán" definidor. Entonces… Palermo es "crack".
Algunos podrán decir que no sabe correr. Y la respuesta a esto es que el fútbol se gana con goles, no por kilómetros recorridos. Otros podrán decir que sólo sabe cabecear. Y la respuesta a estos envidiosos será que minimizan a un delantero que hizo goles de todo tipo (¡hasta de 39 metros con la cabeza!).
Ya se despidió de la "Bombonera". En ese estadio, nadie, absolutamente nadie, hizo más goles que él. Así, se convirtió en el máximo goleador en la historia de Boca. ¡Pavada de logro! Allí, lo disfrutó, más que nadie, el hincha "xeneize". Pero la realidad es que este delantero es un orgullo para todo el fútbol argentino.
Cuándo le preguntaron cuál era su mayor virtud, él respondió: "La perseverancia". Y, tal vez de humilde, se olvidó de otras cientos de virtudes que lo llevaron a ser lo que es: el mejor '9' que jugó en Argentina en los últimos 30 años, por lo que es, fue y será una leyenda del fútbol argentino.
El Palermo jugador de fútbol se está terminando. Pero en el mismo momento que culmine su carrera, comenzará el mito. Y ese mito hará que de Palermo se siga hablando en los próximos 100, 200 o hasta 300 años.
Y la verdad… se lo merece, ya que él hizo mucho para que esto suceda.
Mauro Gundin