Tiene 43 años y fuera de la mina lo esperan sus tres hijos, su mujer, y su padre, quien fue la primera persona en escuchar sus palabras, tras la aparición con vida del 22 de agosto.
Jonathan, de 18 años; Carolina, de 9; y Eduardo, de 2, aguardan a su padre en las afueras de la mina San José, junto a su madre, Ruth, quien hace veinte años se casó con él, y ahora, a través de cartas de amor enviadas por las cápsulas de comunicación, lo espera con ansias y con sorpresas.
"Me lo voy a llevar a la playa para que pueda volver a la normalidad. Me he comprado unos tacones de aguja y ropa interior con ligas para sorprenderlo. El martes por la mañana iré a la peluquería", confió con entusiasmo.
Dentro de la mina, Samuel recibió unos discos de rock & roll para calmar la ansiedad. "Le gustan los clásicos de los 80 y también los grupos como Creedence, Deep Purple y The Doors, así que esa fue la música que le mandamos para que se relajara", contó su esposa.
A la hora de ver la luz, puede estar seguro que recibirá el afecto de sus seres más queridos, además del reconomiento mundial por la resistencia en los 688 metros bajo tierra donde quedaron sepultados por 69 días.