¿Se trata de algo más que un abrazo de gol?

Palermo y Riquelme volvieron a salvar a Boca y a festejar de una forma muy particular. "Parece que nos estamos queriendo mucho", reconoció el goleador. ¿El amor es más fuerte?

Charly Díaz Azcué 162
Charly Díaz Azcué 162

Dos abrazos en tres semanas no pueden pasar desapercibidos en las vidas de Juan Román Riquelme y Martín Palermo ni tampoco en la de Boca, que muchas veces, así en la victoria como en la derrota, gira en torno a la figura de los dos máximos ídolos de la actualidad, casi siempre con la palabra "amistad" como eje del debate.

Ayer volvieron a encontrarse espontáneamente tras un taco magistral de Román que "El Loco" empalmó de primera para decretar el 1-1 definitivo. Apenas la pelota terminó de inflar la red, quedaron cara a cara y una vez más no hubo indiferencia ni cosa parecida: el amor fue más fuerte y ellos se fundieron en un abrazo.

Lo mismo había sucedido tres semanas atrás, en el partido contra Vélez que inició la remontada del equipo de Alfio Basile, que salvó -mejor dicho- a un "Coco" que ya se despedía como técnico de Boca. Ese fue el día del golazo de JR y del cabezazo récord de MP.

"Fue una muestra de todo, de todo lo que pensábamos y queríamos hacer en la unión del grupo dentro de la cancha. Después, si somos más amigos o menos amigos, todo lo que pueden llegar a hacer una conjetura de lo que es nuestra relación, quedó demostrado adentro de la cancha", decía por entonces Palermo.

"Parece que con Riquelme nos estamos queriendo mucho. Es lo que sentimos adentro de la cancha. Con el tiempo, cada uno sabe lo referente que somos para el grupo y lo importante del aporte de cada uno. Siempre fue igual la relación. Pudo haber alguna diferencia, que es normal. Pero nos conocemos hace diez años. A veces las cosas se agrandan de más", analizó, de nuevo, Palermo tras el empate en el Superclásico.

Los humores y rumores cambiaron siempre al ritmo de los resultados, de acuerdo a las tormentas o a las alegrías que rodearon al mundo Boca. Que dirigen a dos grupos diferentes dentro del plantel, que dentro de la cancha son el uno para el otro, que ni siquiera se hablan, que a la hora de la verdad dejan de lado sus diferencias?

Que, acaso el enunciado más coherente de todos, son dos referentes con la ropa bien puesta, porque lo más cierto de todo, al menos lo que todos pueden ver, es que las crisis siempre intentan minimizarlas para apaciguar los ánimos y las victorias las festejan como se debe.

"Es cierto que no somos grandes amigos", reiteró varias veces "El Titán". "Me río cuando dicen que estamos peleados", desafió en más de una oportunidad Riquelme. Ayer volvieron a unir sus poderes para salvar a Boca de un nuevo sacudón. ¿Que los hubiera puesto en veredas opuestas? Probablemente. Serán buenos compañeros, ¿hasta que la próxima cachetada los separe?

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