Para uno de los médicos que realizaron un estudio acerca de las reacciones de las personas que se sometieron a un tratamiento con Botox, éstas pueden transformarse en adictos.
La agencia BBC publicó que médicos británicos revelaron que el 40% de los pacientes que utilizaron Botox para combatir las arrugas expresaron un deseo compulsivo de someterse a más tratamientos.
El psicólogo Carter Singh, de la Derbyshire Royal Infirmary es uno de los autores del estudio y dijo que "el Botox cambia la apariencia física de la piel o rostro de una persona, y eso lleva a una mejor imagen propia. Es fácil ver cómo las personas pueden transformarse en adictos".
Así es que la polémica sobre "la adicción del Botox" se suma al debate que ya existe sobre la cantidad de hombres y mujeres que se someten a operaciones de forma rutinaria para mejorar su imagen.
Los especialistas coinciden en que muchos de los pasan por el bisturí para combatir un complejo de muchos años o cambiar algo de su apariencia no toman conciencia de que ésa cirugía estética es sólo el comienzo.
La mayoría no puede evitar que a una primera operación le sigan nuevos arreglos, retoques y hasta intervenciones más complejas.
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