Argentina ingresó a una lista siniestra. Ya es uno de los países en donde se documentan los efectos una de las conductas más violentas de abuso infantil.
El Síndrome de Munchausen by proxy (SMBP) consiste en que una persona, generalmente la madre, le provoca al chico que tiene a cargo síntomas de enfermedades. Es característico que lleve al chico a distintos servicios médicos, mostrándose preocupado por su hijo. Ante esta actitud, el personal de salud suele no darse cuenta de que los síntomas son causados por la misma persona que trae al paciente.
Si bien este síntoma fue, por primera vez, descripto en 1977, su conocimiento recién comenzó a difundirse en los últimos años. Fue publicado un trabajo del médico inglés Roy Meadow, como una forma de abuso infantil. Su denominación proviene del síndrome de Munchausen, que consistente en que la persona actúa repetidamente y ante instituciones de salud como si padeciera una enfermedad.
En el Munchausen by proxy (es decir: ?a través de un sustituto?), el rol del enfermo se delega, mintiendo o causando enfermedades en otra persona, usualmente un chico menor de seis años. El sujeto del síndrome de Munchausen by proxy no es desde luego el chico, que es la víctima, sino su victimario, generalmente la madre.
En el hospital Elizalde se registran por lo menos dos casos de bebés con síntomas que resultaron proceder de maniobras de asfixia perpetradas por la madre. Otro caso fue el de una madre que llevó a su nene al hospital diciendo que tenía sangre en la orina: para constatarlo, le pusieron una sonda hasta la vejiga y entonces, en un descuido de los médicos, la madre manipuló la sonda hasta causarle una hemorragia real, contó Página 12.
Cuesta mucho descubrir el síndrome porque ?la sospecha de que la causa resida en la madre sólo sobreviene luego de haber atravesado una serie de baterías diagnósticas sin resultado. Se hacen consultas, parecen cuadros raros que nunca se han visto. Además, los médicos ven a estas madres muy aferradas al hijo y aparentemente brindándole toda su asistencia y devoción?, explicó Garrote, cuyo equipo efectuó un trabajo sobre el tema que se publicará en la revista Child Abuse and Neglect, de la Sociedad Internacional para la Prevención del Abuso y la Negligencia en la Infancia.
El hecho de que empiece a registrarse este síndrome en la Argentina señala un avance en la conciencia de los profesionales sobre el tema. Aun así, los casos encontrados en el Elizalde habían pasado antes por otras dos instituciones sin que los médicos detectaran la conducta de la madre.
Estas personas abusadoras no responden a un cuadro psicopatológico específico: ?Un psicodiagnóstico no permitiría distinguirlas?, señaló una psicóloga que intervino en uno de los casos.
Se estima que el diez por ciento de los chicos víctimas de este abuso muere; de los que sobreviven, muchos quedan con secuelas físicas y todos con secuelas psicológicas.