El dictador venezolano Nicolás Maduro encabezó este domingo una ceremonia militar de fin de año en la ciudad de La Guaira, en medio de las persistentes tensiones con Estados Unidos por el despliegue militar estadounidense en el Caribe. Acompañado por el ministro de Defensa Vladimir Padrino, la primera dama Cilia Flores y la vicepresidenta Delcy Rodríguez, el líder del régimen chavista pidió “lealtad suprema” en un acto en la Academia Naval Militar Bolivariana, donde exaltó el papel de las tropas como “guerreros invencibles” y recibió un fusil de francotirador calibre .50 como reconocimiento a su labor al frente de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB).
Durante la ceremonia, transmitida por el canal estatal Venezolana de Televisión, Maduro aseguró que los símbolos patrios representan una historia de “más de 200 años”, y destacó que los militares venezolanos “no son soldados imperialistas, no son soldados que salen a bombardear pueblos, a matar gente, a robar riquezas”, en respuesta a lo que calificó como amenazas externas. Según el presidente, las 27 semanas transcurridas desde el inicio de las fricciones con Estados Unidos han servido para “refundar los valores” heredados de figuras históricas como Bolívar, Sucre y Zamora, y para consolidar la unión entre fuerzas populares y militares en defensa de la soberanía nacional.
En su intervención, Maduro subrayó que “el poder de la nación venezolana se ha consolidado” en la práctica, y no solo en la teoría, destacando el fortalecimiento del llamado “poder popular” y la preparación de la FANB para “seguir conquistando la paz, la soberanía y la integridad territorial”. El mandatario insistió en la necesidad de “lealtad suprema” al proyecto bolivariano y convocó a los presentes a una “resistencia popular, prolongada, activa y letal” frente a las presiones externas.
Las declaraciones del jefe del régimen chavista se produjeron en un contexto marcado por el despliegue aeronaval estadounidense en el sur del Caribe, operativo que Washington justifica como parte de la lucha contra el narcotráfico, mientras que Caracas lo interpreta como una “amenaza” y un intento de promover un cambio de régimen. En los últimos días, la tensión aumentó tras el anuncio del presidente estadounidense Donald Trump sobre el bloqueo de petroleros sancionados y la confiscación de dos buques que transportaban crudo venezolano.
Durante el acto, Maduro calificó 2026 como “el año del reto admirable” y convocó a las fuerzas armadas a “hacer más” en la defensa nacional, con la meta de avanzar en la transición al socialismo, consolidar el poder popular y fortalecer la educación y la salud públicas. El evento militar coincidió con actividades culturales impulsadas por el gobierno venezolano, como el concierto “Viva Venezuela” en el Paseo Los Próceres de Caracas, para cerrar la programación navideña inaugurada oficialmente en octubre.