Buques petroleros sancionados se alejan de Venezuela tras el anuncio de Donald Trump de un “bloqueo total”

La advertencia del presidente estadounidense introduce incertidumbre sobre el alcance real de la medida, pero ya altera rutas marítimas y refuerza la presión económica sobre el régimen de Maduro

El buque petrolero Skipper, que fue tomado recientemente por el ejército de Estados Unidos frente a las costas de Venezuela, visto mientras navega en dirección suroeste a unos 33 kilómetros al norte de Guadalupe, en el sur del mar Caribe, el viernes 12 de diciembre de 2025 (©2025 Vantor vía AP)

Varios buques petroleros han comenzado a desviarse de Venezuela después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, amenazara con imponer un “bloqueo total y absoluto” a las embarcaciones sancionadas que entren o salgan del país sudamericano. La advertencia marca una escalada en la estrategia de presión de la Casa Blanca contra el régimen de Nicolás Maduro.

Trump afirmó el martes que había ordenado un bloqueo sobre los buques petroleros sancionados vinculados a Venezuela, una formulación que, de aplicarse, podría asfixiar una de las principales fuentes de ingresos del país con las mayores reservas probadas de crudo del mundo. Sin embargo, el alcance exacto de la amenaza no ha sido aclarado oficialmente por la Administración estadounidense.

Durante su primer mandato, Estados Unidos impuso sanciones que prohíben a empresas y ciudadanos estadounidenses comprar petróleo venezolano sin una autorización específica del Departamento del Tesoro. A ese régimen se suman medidas contra cientos de embarcaciones que integran lo que autoridades y analistas describen como una “flotilla fantasma”, utilizada para transportar crudo de países bajo sanción como Irán, Rusia y Venezuela.

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Según la firma de inteligencia marítima Windward, al menos 30 buques sancionados operan actualmente en las inmediaciones de aguas venezolanas. Algunos de ellos han comenzado a modificar su rumbo o a alterar patrones de navegación, en aparente respuesta al riesgo de incautaciones o nuevas sanciones.

Un partidario del gobierno sostiene un cartel que dice "Venezuela es respetada, el petróleo es nuestro" durante una protesta contra la orden del presidente estadounidense Donald Trump de bloquear los buques petroleros sancionados que entran y salen de Venezuela, en Caracas, Venezuela, 17 de diciembre de 2025 (REUTERS/Leonardo Fernández Viloria)

Está bastante claro que esto ha interrumpido los flujos de energía hacia y desde Venezuela”, señaló Michelle Wiese Bockmann, analista de Windward. “Cada hora que rastreamos estos buques vemos embarcaciones petroleras que se desvían, deambulan o cambian su comportamiento”, añadió.

Uno de los casos más visibles es el del buque Hyperion, que se dirigía al puerto venezolano de José, uno de los principales centros de exportación de crudo del país. En la madrugada del miércoles, la nave realizó un giro de 90 grados y puso rumbo al norte, alejándose de Sudamérica, según datos de seguimiento marítimo.

El Hyperion formó parte anteriormente de la flota estatal rusa de transporte y figura entre los 173 buques sancionados durante los últimos días de la presidencia de Joe Biden por presuntamente facilitar exportaciones de petróleo ruso en violación de las sanciones impuestas a Moscú tras la invasión de Ucrania.

Tras esas sanciones, la embarcación cambió su bandera de Comoras a Gambia. No obstante, en noviembre, las autoridades de ese país africano eliminaron al Hyperion y a decenas de otros buques de su registro marítimo, gestionado de forma privada, por el presunto uso de certificados falsos que afirmaban haber sido emitidos por la autoridad marítima gambiana.

FOTO DE ARCHIVO: El petrolero fletado por Chevron Ionic Anax es visto cerca del puerto de Bajo Grande en el lago Maracaibo de Venezuela después de cargar para la exportación, en San Francisco, estado de Zulia, Venezuela 13 de diciembre de 2025 (REUTERS/Isaac Urrutia/File Photo)

La estructura de propiedad del buque permanece opaca y fragmentada en múltiples capas de empresas pantalla, algunas registradas en Dubái, en Emiratos Árabes Unidos, un patrón habitual en la flota utilizada para eludir sanciones internacionales.

Ese entramado, según expertos del sector, incrementa la vulnerabilidad legal de las embarcaciones. “Es evidente que está en una posición para ser incautado”, advirtió Wiese Bockmann, en referencia al Hyperion, en un contexto de creciente vigilancia por parte de las autoridades estadounidenses.

La amenaza de Trump se produce pocos días después de la incautación del buque Skipper por fuerzas estadounidenses cerca de Venezuela, un episodio que ha reforzado el temor entre operadores marítimos y aseguradoras. Aunque Washington no ha detallado aún los mecanismos concretos de un eventual “bloqueo”, el solo anuncio ha bastado para alterar el tráfico petrolero.

Para Venezuela, que depende en gran medida de las exportaciones de crudo para sostener su economía, cualquier interrupción prolongada en las rutas marítimas añade presión a un sector ya debilitado por años de sanciones, falta de inversión y deterioro de infraestructuras. El movimiento de los buques sugiere que, incluso sin definiciones formales, el riesgo percibido está teniendo efectos inmediatos sobre el comercio energético del país.

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