Guía turística para desprevenidos: las siete playas imperdibles de Punta del Este

El balneario top de la costa uruguaya presume de una oferta variada de playas. La familiar, la de los jóvenes, la más exclusiva, la nudista: las mejores opciones según cada tipo de turista

Compartir
Compartir articulo
Las playas de Punta del Este y la clásica caída del sol

Punta del Este son los Dedos, la escultura ícono del artista chileno Mario Irarrazábal, es la península que administra los arrestos del mar, son las playas Mansa y Brava, son las arenas blancas, las playas azules, la composición agreste en contraste con una arquitectura distinguida. Punta del Este es el balneario top de Sudamérica, el límite entre el Río de la Plata y Atlántico, el puerto y las lagunas, la exclusividad de José Ignacio y la magia de los atardeceres en Casapueblo, la arquitectura ícono del artista uruguayo Carlos Páez Vilaró.

Es una ciudad ambigua: sofisticada y, entrañablemente, amigable. Una combinación que le permitió generar una filiación especial con sus visitantes. Tiene en sus costas su principal atracción. Kilómetros de playas con distintas variables. Cada una tiene su peculiaridad y encanto: desde sus características geográficas hasta su público. Una guía para los desprevenidos: siete playas imperdibles de Punta del Este.

La Mansa

Las playas de Punta del Este combinan el ambiente natural con sofisticadas construcciones

La península esteña divide en dos sus playas. De una costa, el oleaje es particularmente intenso y interactúa con la orilla todo lo que no hace del otro lado. El movimiento de las olas define los nombres de las dos playas más populosas de Punta del Este: la Mansa y la Brava. Son divididas por el Faro, una referencia que alumbra la inmensidad atlántica. La primera es ideal para niños y familias por su mar calmo y sereno. Es la costa oeste de la ciudad balnearia, una bahía que baña la Isla Gorriti, un refugio silvestre sin nada más que playas y vegetación a 20 minutos de navegación del puerto.

La Mansa se extiende desde la península en la parada uno hasta la parada veinticuatro. Es un escenario ideal para los atardeceres en Punta del Este, especialmente cuando el sol se oculta tras la Isla Gorriti.

La Brava

Pico Mónaco y Pampita con las olas detrás que hacen referencia al tipo de mar que golpea en las costas de La Brava (Crédito: GM Press)

La escultura de los Dedos, obra del artista chileno Mario Irarrazábal, emerge de la arena de Punta del Este para coronarse en un sitio histórico de la ciudad balnearia. Allí se atribuye el comienzo de la Brava, que se extiende hasta el puente de la Barra con la desembocadura del arroyo Maldonado. Ocupa la cara este de la península y es el complemento de la Mansa con otras condiciones y actividades. La Brava recibe a las aguas más picadas del Océano Atlántico. Sus olas proporcionan el escenario ideal para practicar surf.

Suele tener más movimiento que en la Mansa por tramar una atmósfera más activa. Dispone de servicios como alquileres de sombrillas, paradores con oferta gastronómica, una movida surfer y sitios reservados para los más exigentes fashionistas.

Bikini

Una de las expresiones más fieles de Punta del Este. Bikini es una playa top del balneario Manantiales, a doce kilómetros de la península. La distancia le transmite más exclusividad. Por eso es una de las costas más elegidas por las celebridades y principalmente dominada por el círculo de turistas argentinos. Sobra el glamour, la distinción, los eventos sociales, los desfiles de moda, la juventud, la música y las barras de tragos. Sus actividades son variadas: clases de surf, jet ski y gimnasia aeróbica. Su playa suele ser peligrosa y estar custodiada por un servicio reforzado de guardavidas.

Su atardecer es un valor agregado. El grueso de sus visitantes llegan a partir de las tres de la tarde, convocados por los entretenimientos y la particular caída del sol. La península intercede y no deja ver cómo el mar se confunde con el sol: eso genera un atardecer distinto e igual de hipnotizante con un efecto visual único e instagrameable. Es, para quienes la conocen, una playa para ver y dejarse ver.

José Ignacio

La intimidad que otorga este exclusivo balneario, ubicado a 40 kilómetros de Punta del Este, es principalmente valorado por las celebridades que la visitan

La bohemia y el chic se mezclan en la segunda península más reconocida del departamento de Maldonado. La exclusividad, el rasgo de privilegio, es su sello de pertenencia. Su paisaje agreste, natural y autóctono armoniza con un bagaje arquitectónico refinado: hay hoteles boutique, complejos del más alto lujo, un gran abanico de ofertas gastronómicas, hasta galerías de arte, desfiles de moda, eventos tops y campeonatos de polo. En José Ignacio la naturaleza prevalece e invita a descansar en un rincón paradisíaco.

Tiene, como Punta del Este, una península, un faro medular y la misma división de playas: la Mansa y la Brava, un ideal para valorar la pasividad del mar y otra donde jugar con las olas. El balneario, incluso, se encuentra rodeado por agua al estar custodiado por dos lagunas, la Garzón y la José Ignacio. Y tiene, además de los hoteles de cinco estrellas, posadas y chacras turísticas y estivales con suficientes playas solitarias para disfrutar de un verano al más refinado estilo de Punta del Este.

La Barra

Valeria Mazza veranea en La Barra junto a sus hijos surfers. Es la zona predilecta para los jóvenes y la movida nocturna (GM Press)

La Barra es un antiguo puerto de pescadores. Su impronta mantiene cierta estética silvestre, con construcciones originales y modestas. Su significado proviene del término barra que es usada en Uruguay para designar la desembocadura de un curso de agua en el mar. El arroyo Maldonado desemboca en el Atlántico en las playas de La Barra, donde Desembocadura es uno de sus balnearios más importantes. Su conexión a Punta del Este también es icónica: lo hace el "Puente de la Barra" -también conocido como "puente ondulante"-, una construcción que finalizó en 1999 y es un símbolo del turismo uruguayo.

La Barra tiene todo: un paisaje marino decorado con playas magníficas que permiten la realización de actividades deportivas tan variadas como pesca, surf, canotaje y esquí acuático; un polo nocturno con diversos bares y boliches emplazados mayoritariamente sobre la ruta 10; un estilo arquitectónico con identidad propia; más un atractivo cultural permanente con galerías de arte, mercado de pulgas y tiendas de antigüedades.

Montoya

La playa más convocante de La Barra. Es el parador donde se concentra la movida joven. En 2012, el periodista Richard Green publicó en el diario británico The Sunday Times un listado con las diez mejores playas del mundo: Montoya era una de ellas. "Esta ciudad de vacaciones para el jet set, a 45 minutos de vuelo desde Buenos Aires, es el lugar donde la 'gente linda' de Argentina viene a demostrar qué hermosos son. En las arenas blancas de Montoya, verá pasar a los nadadores frente a usted, a surfistas corriendo olas en otro lado, y el encanto de lo 'precario' de los locales de La Barra, a sólo un paso más allá", describió.

Es una playa extensa con grandes olas. Se destacan sus eventos de surf por la calidad del oleaje oceánico que permite la celebración durante todo el año de diferentes certámenes de deportes acuáticos. Su faceta deportiva y su público joven la convierten en el balneario más activo de la costa esteña.

Chihuahua

En un entorno natural de arenas, mar, bosques y arroyo, los turistas disfrutar desnudos amparados por la legislación

Diez kilómetros al este del centro neurálgico de Punta del Este, con costa a la Bahía de Portezuelo, una playa se extiende por dos kilómetros hacia el arroyo El Portero donde desemboca la corriente de la Laguna del Sauce. Es Chihuahua, un paisaje natural que recibe por día cerca de tres mil turistas en la temporada alta. El balneario tiene una condición que la distingue del resto: es una playa nudista.

La práctica se popularizó en la década del sesenta. Los turistas españoles, alemanes e italianos impusieron una moda que en Sudamérica se escondía. Recién en 1994 adquirió la personería jurídica y hacia comienzos de siglo se legalizó su estatus con el apoyo de la Intendencia, que designó personal de limpieza y seguridad para promover la actividad de la Playa Nudista Naturista Chihuahua. La playa y el nudismo crecieron tanto en la zona que se edificó un polo hotelero donde incluso no es necesario andar vestido.

Seguí leyendo:

Punta del Este 2019: cómo adoptar la cultura low cost sin sacrificar la exclusividad y el glamour

Megafiestas, anfitriones vip y estricto dresscode: cómo se despide el año en Punta del Este