(Desde Punta del Este) A días de finalizar el año, los argentinos ya definen sus vacaciones de verano. Años atrás, muchas familias y grupos de jóvenes de clase media eran habitués de Punta del Este, alquilando los clásicos departamentos de dos y tres ambientes en la Península, la Mansa o la Brava, y distribuyendo la estadía entre jornadas de playa y salidas a bares y restaurantes.
En 2020, a partir de la pandemia, ese público que no logró volver a Punta del Este ahora retorna aprovechando las ventajas que otorgan el fin del llamado cepo al turismo, con diversas restricciones impuestas para evitar la salida de divisas; la estabilidad cambiaria, el valor del dólar y la mayor facilidad para acceder a la moneda estadounidense.
Este verano, Uruguay espera recuperar a ese sector de la clase media argentina con precios competitivos y estables, que no sufrieron aumentos frente a la costa local.
En diálogo con Infobae, el director de Turismo de Maldonado, Edgar Silveira, se mostró optimista y auguró una gran temporada, “porque ya se nota una mayor reserva de alojamiento en comparación con años anteriores”.
“Ya estamos viendo un mayor movimiento en el Departamento de Maldonado. Durante la FIT (Feria Internacional de Turismo), las agencias de viajes y los operadores turísticos nos dijeron que había mucho interés: ya suponían que la temporada iba a ser buena, porque vieron las ganas de la gente que se acercaba a consultar para volver a Punta del Este”, dijo Silveira.
Se sabe que el balneario uruguayo tiene un público cautivo que nunca dejó de vacacionar en arenas esteñas: la mayoría son propietarios de casas o departamentos, o personas de alto nivel adquisitivo que se instalan en hoteles cuatro y cinco estrellas.
“Punta del Este tiene un público argentino que siempre viene, no importa en qué condiciones esté. El argentino es fiel y lo recibimos todos los años. Sin embargo, para esta temporada se ve el interés de una clase media que hace algunos años ya no venía”, aseguró el funcionario.
“Gracias a la coyuntura económica, hay un Punta del Este que está igual o más barato que los balnearios argentinos. También, está el Punta premium o de lujo, pero realmente acá hay precios para todos”, destacó Silveira, quien se muestra optimista a días de terminar el año.
Respecto de los precios, recomendó alejarse un poco del centro para encontrar opciones más accesibles, por ejemplo, en gastronomía, donde una cena en una parrilla libre con bebida, puede costar unos 30 dólares. También, hay otras opciones a 40 y 50 dólares. Incluso, algunas familias optan por comprar la comida hecha y de muy buena calidad que venden los supermercados —como pizza al horno hecha en el momento—, lo cual abarata enormemente el costo de la estadía.
A la hora de pagar en restaurantes y bares, hay que tener en cuenta el conveniente beneficio fiscal que Uruguay le otorga a los extranjeros que sean titulares de tarjetas de crédito emitidas fuera de este país: no abonan el 22% del IVA. Lo mismo ocurre para hotelería, alojamiento y alquiler de autos sin chófer.
“Esperamos que esta temporada sea tan buena como las de antes de la pandemia, ya que nunca más logramos llegar a la cantidad de visitantes que habíamos tenido”, finalizó Edgar Silveira.
Con respecto a la conectividad aérea para el mes de enero, el funcionario destacó: “Esperamos más de 180 vuelos comerciales, que son 145 desde Argentina, tanto de Córdoba como de Buenos Aires, 18 desde Brasil, de San Pablo y Porto Alegre y 18 desde Asunción del Paraguay. Eso es entre las cuatro compañías aéreas que están operando en Punta del Este. Después también hay vuelos particulares, por ejemplo el 26, ya van más de 140 vuelos que aterrizaron en el Aeropuerto de Laguna del Sauce”.
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