La programación algorítmica implica diseñar, codificar, depurar y mantener el código fuente de un programa de la tecnología informática. Es el pasado, presente y futuro. Cursos, carreras terciarias y universitarias en todo el mundo forman a profesionales que utilizan esos conocimientos para cambiar el mundo, de diversas e innovadoras maneras.
Tal es la importancia de la programación que, por ejemplo, en Suecia, buscan incluir la programación informática como parte del programa de la primaria, para que los niños se formen desde cero y desde una temprana edad con el lenguaje digital, tan importante en la actualidad como lo son sus lenguas madres. Y una iniciativa del Massachusetts Institute of Technology (MIT) va un paso más allá: creó una plataforma web totalmente gratuita para que los chicos aprendan a programar divirtiéndose.
Se trata de Scratch, donde un público de 8 a 16 años -aunque lo pueden usar personas de todas las edades, por supuesto- puede aprender a programar sus propias historias interactivas, juegos y animaciones, además de compartir sus creaciones con toda una comunidad digital, ávida de aprender, pensar, razonar y colaborar con el otro, desde distintas partes del mundo.
Son habilidades esenciales para la vida en el siglo XXI. Es un proyecto del Grupo Lifelong Kindergarten del MIT Media Lab, y gracias a él millones de personas están creando proyectos en una amplia variedad de entornos, desde la intimidad del hogar, hasta los ambientes abiertos y de participación educacional como escuelas, museos, bibliotecas y centros comunitarios.
La habilidad para crear programas para computadoras es una parte importante de la alfabetización de la sociedad actual. Cuando la gente aprende a programar, interioriza importantes estrategias para resolver problemas, diseñar proyectos y comunicar ideas, según explican desde la misma organización.
Se fomenta el pensamiento creativo y el trabajo en equipo. Para los que recién comienzan, ofrecen una guía interactivo paso por paso, o incluso se puede descargar un PDF instructivo. Al participar en la comunidad online, los miembros pueden explorar y experimentan con gente de todas las partes del mundo, de diferentes edades, antecedentes e intereses, lo que suma a una práctica más rica y provechosa. Así pueden aprender, intercambiar opinión y criticarse mutuamente para profundizar su desempeño.
Las experiencias hasta el momento han sido más que positivas. Según comentarios de padres en la página, es una gran herramienta. "Mi muy tímida pero técnica hija cree que el sitio es fantástico. Pasa su tiempo libre creando animaciones cada vez más difíciles y compartiéndolas con la comunidad de Scratch. El programa le abrió un mundo nuevo", contó una de las madres.
Obviamente, hay guías que buscan "mantener el respeto y la amabilidad entre sus miembros de diferentes edades, etnias, sexos, religiones, orientaciones sexuales e identidades de género". Además, para proteger la privacidad online de los niños, se limita la información que se otorga al inscribirse y lo que se da a conocer de manera pública en el sitio web. También se puede utilizar la plataforma sin registrarse.
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