Valentina Cervantes compartió en sus redes sociales cómo vive la cuenta regresiva para la Navidad en Londres junto a Enzo Fernández, Olivia y Benjamín, en lo que resulta una experiencia única lejos de la Argentina. Cada imagen que publicó no solo muestra la belleza de las decoraciones y las ferias londinenses, sino también cómo la familia logra recrear la calidez y la magia de las fiestas incluso en otro continente, construyendo nuevas tradiciones entre abrazos y pequeñas aventuras.
El recorrido navideño comenzó en una feria nocturna típica del invierno europeo, donde el aire fresco cortaba pero el ánimo era cálido. Entre luces chispeantes, una imponente rueda de la fortuna y el bullicio de familias y grupos de amigos, Enzo Fernández y Valentina se mostraron más cerca y relajados que nunca. En las fotos, ella lleva un abrigo de peluche negro y una gran sonrisa, él viste un buzo grueso con capucha y patrones circulares, ambos evidenciando el esfuerzo compartido por hacer de esta Navidad, a miles de kilómetros del hogar, una verdadera fiesta en comunidad.
Los niños, Benjamín y Olivia, protagonizan las postales más tiernas. Benjamín —con su chaqueta varsity y el pelo revuelto de la emoción— muerde un churro mientras observa fascinado los juegos y las vitrinas iluminadas. Olivia, vestida con su conjunto gris, sonríe para la cámara, sosteniendo su taza azul decorada con estrellas blancas y un enorme peluche de panda, prueba de sus éxitos en los juegos de la feria. La interacción entre hermanos no falta: en una de las imágenes, ambos comparten el espacio frente a la cabaña decorada con luces y guirnaldas, conversando y disfrutando del ambiente festivo.
Las fotos familiares junto a la noria iluminada y los puestos llenos de color son reflejo de complicidad, alegría y, sobre todo, del esfuerzo que Valentina y Enzo ponen en mantener el espíritu navideño para sus hijos, integrando costumbres locales a las tradiciones familiares. Cada detalle está cuidado: la elección de las tazas de chocolate, la forma de saborear los churros, la elección de los peluches y premios brindan ese aire de pertenencia y protección, aún cuando el entorno resulte nuevo y lejano.
En otra secuencia, madre e hija posan sonrientes para una selfie, rodeadas por la luz cálida de la feria, decoraciones navideñas, vitrinas repletas de dulces y la algarabía general. El mensaje es claro: la felicidad y la sensación de hogar pueden sentirse a puro abrazo y miradas cómplices sin importar el destino.
La jornada culminó con selfies bajo guirnaldas y vitrinas de dulces, donde Olivia y su madre compartieron risas, abrigadas y con vasos de churros en las manos. Valentina, en soledad en otra toma, transmitió la plenitud de una madre que encuentra felicidad tanto en el bullicio de la feria como en el presente y la compañía de su familia. Las selfies que subió Valentina no solo documentaron la intimidad y la alegría de cada uno, sino que transmitieron el espíritu de comunión y calidez que caracteriza esta época. Detalles como la taza de diseño, los churros en cartón y los peluches ganados en los juegos completaron la experiencia, reflejando el valor de crear recuerdos en familia en medio del frío y las tradiciones de una ciudad vibrante como Londres.
La previa navideña de Valentina Cervantes en Londres es el retrato de una familia que no pierde la capacidad de celebrar, de armar nuevas tradiciones y de convertir lo cotidiano en momentos de cariño y calidez. A través de las imágenes y los pequeños rituales compartidos, la familia Fernández-Cervantes logra demostrar que la Navidad no solo es una fecha, sino una construcción de recuerdos, encuentros y nuevas postales en el camino.