En 1998, Steve Jobs, quien acababa de asumir el cargo de CEO de Apple, enfrentaba el desafío de revitalizar una empresa que atravesaba una de las etapas más críticas de su historia. En ese contexto, Jobs identificó a Tim Cook, un ejecutivo con una destacada trayectoria en el área de operaciones, como una pieza clave para la transformación que tenía en mente.
No obstante, convencer a Cook de abandonar su puesto en Compaq, donde se sentía bien y apenas llevaba seis meses, no fue tarea sencilla. Pero Jobs logró persuadirlo con una combinación de visión estratégica, una oferta económica considerable y una reunión que resultó decisiva.
Cook, quien en ese momento era vicepresidente de operaciones a nivel mundial en Compaq, no estaba buscando un cambio laboral. Su carrera ya contaba con más de una década en IBM, seguida de un período como jefe de operaciones en Electrónica Inteligente, lo que lo posicionó como un experto en la gestión de áreas complejas.
A pesar de su admiración por Jobs, Cook inicialmente rechazó los acercamientos telefónicos del fundador de Apple, argumentando que estaba satisfecho con su rol en Compaq y comprometido con los proyectos a largo plazo de la compañía.
Qué cambió la decisión de Tim Cook por aceptar la oferta de Steve Jobs
El punto de inflexión llegó cuando Jobs y Cook se reunieron en persona. Según detalló Cook hace varios años, durante ese encuentro, Jobs le presentó su visión para Apple con un nivel de detalle que abarcaba desde la estrategia centrada en el cliente hasta aspectos técnicos relacionados con el diseño y la producción.
Este enfoque, combinado con la intuición de Cook de que Jobs tenía el potencial de llevar a Apple a un nuevo nivel, fue suficiente para que el ejecutivo reconsiderara su postura. Además, aunque Cook no lo mencionó explícitamente en entrevistas posteriores, la oferta económica también jugó un papel importante.
Jobs le propuso un salario anual de 400.000 dólares, acompañado de un bono de 500.000 dólares, lo que sumaba un total cercano al millón de dólares. Esta cifra era notable para una empresa que en ese momento estaba en proceso de reestructuración.
Por qué Tim Cook fue un fichaje clave para la transformación de Apple
La decisión de Cook de unirse a Apple marcó el inicio de una colaboración que sería fundamental para el resurgimiento de la compañía y el lanzamiento de varios dispositivos.
Desde 1998 hasta 2011, Cook ocupó el cargo de vicepresidente de operaciones, desempeñando un papel crucial en la optimización de la cadena de suministro y en la implementación de estrategias que mejoraron la eficiencia operativa de Apple.
Cook era considerado “demasiado normal para ser revolucionario” en sus primeros años, pero su capacidad para gestionar áreas complejas y su enfoque metódico lo convirtió en una figura indispensable dentro de la empresa.
Su trabajo no solo contribuyó a la estabilidad financiera de la empresa, sino que también sentó las bases para el éxito de productos icónicos como el iPod, el iPhone y el iPad.
Cuál era el grado de confianza que tenía Tim Cook en Steve Jobs
A pesar de las dificultades que Apple enfrentó a finales de los años 90 y la posterior llegada de Jobs, Cook confiaba en la capacidad de Jobs para transformar la compañía.
Esta intuición fue uno de los factores determinantes que lo llevaron a aceptar la oferta, incluso cuando las circunstancias en las que estaba inmersas la empresa no parecían favorables.
Asimismo, la relación profesional entre Jobs y Cook no solo definió una etapa crucial en la historia de Apple, sino que preparó el terreno para el futuro de la empresa. Tras el fallecimiento de Jobs en 2011, Cook asumió el cargo de CEO, continuando con el legado de innovación y liderazgo que su predecesor había establecido.