Eligió ser madre soltera y pasó algo que la dejó en shock: cuando la vida y la muerte se trenzan
Erika ya estaba entrando en la menopausia cuando decidió tener un hijo. Sin pareja, sin óvulos, sin esperma y siendo único sostén de hogar, firmó para que le transfirieran un sólo embrión pero sucedió algo que nadie esperaba, mucho menos ella. La historia de una familia monomarental formada por tres sobrevivientes