Roberto Conti: "La participación ciudadana es la mayor fortaleza del juicio por jurados"

El magistrado, juez del Tribunal Oral en lo Criminal número 7 de Lomas de Zamora, fue entrevistado por la doctora Marcela Losardo en el ciclo Justicia Abierta. Habló sobre la situación de los jurados populares y su respectiva aplicación con el código penal de la Provincia de Buenos Aires

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-¿Doctor, todos aceptan ser juez en un juicio por jurados? 

– No exactamente. No todos quieren serlo, no todos quieren participar y allí nos encontramos con algunos problemas pero se solucionan al ser una carga publica, se les explica y tienen que tener la obligación. Algunos, cuando no trabajan en relación de dependencia, porque algunos dicen que no pueden participar porque pierden su trabajo…

-Pero eso no es excusable…

– No es excusable, en la audiencia de selección se les explica que son jueces de los hechos y es la oportunidad que tienen de manifestar algún tipo de recusación que ellos puedan hacer o alguna excusación que puedan plantear.

-¿Son válidas las excusaciones?

– Sí. Ellos juran antes del interrogatorio que se les hace. A decir la verdad  y como el jurado es anónimo, tienen un número y se tienen que identificar con el número, plantear cuál es el motivo. Por ejemplo, si tienen causas penales abiertas, si tuvieron alguna condena por delito doloso, si pertenecen a la fuerza de seguridad…

-Ahí están excluidos…

– Ahí están excluidos, pero a veces pasa.

-¿El juez siempre es el que resuelve? 

– El juez es el que resuelve las recusaciones, siempre. Las plantea el defensor en la audiencia que tenemos que tener una totalidad de 48 jurados, de esos 48 quedan 12 jurados titulares y 6 suplentes. Los suplentes permanecen hasta el momento en el que entran a deliberar, después están todo el tiempo presentes en el juicio, donde se produce toda la prueba.

-¿No pueden interrumpirse días?

– No. No es como un juicio ordinario que por ejemplo lo permite el código procesal penal de la provincia de Buenos Aires. Extenderlo una jornada a otra por intermedio de 10 días, en este caso no se puede hacer eso.

-¿Esto sería parte de las debilidades?

– Sí. Como fortalezas veo muchas. La primera es la participación de la ciudadanía en uno de los poderes del Estado, ni más ni menos el Poder Judicial y abre la posición de que ellos se sientan jueces y sepan lo que es. Todos sabemos que la justicia socialmente no está bien vista, entonces es una manera para que la ciudadanía se acerque y se vaya con otro concepto. Me ha pasado que una vez que finaliza el juicio y que se dicta un veredicto, me reúno con el jurado para agradecer y explicarles algunas cuestiones que tuvieron que hacer.

-¿Por qué?

– Porque no quieren estar, porque son muchos días, porque tienen miedo. Porque no saben  lo que van a afrontar y después de eso, inclusive en la selección muchos dicen: "No, yo no quiero estar acá, no me corresponde, yo no soy juez, está la Justicia, están los jueces que tienen que cumplir su rol" y después, cuando finalizan, están contentos y nos pasa también que los suplentes que estuvieron en todo el juicio presentes, deciden quedarse como público. Una vez que el jurado pasan a deliberar, los titulares, ellos como público participan y quieren saber qué es lo que resolvieron sus pares.

-Cuando perciben la oportunidad que tuvieron de decidir e impartir justicia, lo consideran importante… 

– Muy importante, porque muchos proponen seguir participando. Pero la ley no lo permite, no está previsto, una vez que intervinieron como jurados tienen que pasar tres años para poder volver a serlo.

-¿Ha ocurrido, por ejemplo, que manden el listado y en la depuración no se consigue la cantidad de jurados?

– Sí…

-¿A qué responde? 

– La ley dice que, al momento del juicio de la audiencia, tiene que haber 48 presentes y si no están los 48, nosotros tenemos la facultad al estar notificados personalmente de traerlos por la fuerza pública, que no es lo ideal, porque es la fuerza pública, es más invasivo.

-¿Es un tema de compromiso?

– Yo lo tuve que hacer y al ser una carga pública la gente tiene reticencias, al igual que cuando quieren ser presidentes de mesa, es lo mismo. Esa participación nos cuesta como ciudadanos y, sin embargo, una vez que ya están preseleccionados, al ser un clima bastante amable y cordial, si bien yo no tengo trato con ellos, pero tratamos que el personal del tribunal los acompañe y  ante cualquier necesidad que tengan se sientan cuidados.

-El feedback es bueno…

– Es muy bueno y me ha pasado también que me han dicho, como mucha gente que ha querido participar, que no quisieran estar nunca más en los zapatos de los jueces, por la presión. Uno de los jurados me dijo…

-¿"Que sea la última vez"?

– Me lo dijo. Me mencionó en un momento que casi se larga a llorar de la presión que sentía. Porque ellos tienen que resolver cuestiones complejas con su sentido común.

Ver la entrevista completa: