Flavia Broffoni: “El colapso de nuestra civilización es inevitable, pero podemos aprender a colapsar mejor”

La presidenta de XR (Extinction Rebellion) en Argentina publicó un libro en el que da el diagnóstico del estado del planeta, advierte sobre lo que se viene, y ofrece herramientas para mitigar el daño que, asegura, ya está hecho. En diálogo con Infobae cuenta que la gente tiene rechazo de escuchar algunos datos

Compartir
Compartir articulo
La activista y polítóloga Flavia Broffoni, una de las voces más relevantes del activismo argentino. Foto: Renata Sanz Fuganti.
La activista y polítóloga Flavia Broffoni, una de las voces más relevantes del activismo argentino. Foto: Renata Sanz Fuganti.

La pregunta es incómoda: ¿cuánto falta para que colapse el planeta? La respuesta que da Flavia Broffoni, después de mucho estudiar, después de casi veinte años de activismo, es más incómoda aún. La reservamos para más abajo en esta entrevista, porque ella misma sabe -y advierte- que alguna información genera rechazo.

¿Pero queda, en este panorama, alguna esperanza? La respuesta, esta vez, es más tolerable. Tiene una arista molesta, claro, y es que depende de nosotros.

En este panorama, surgen en el mundo infinitas reacciones. ¿Qué son los colapsólogos? ¿Qué los preparacionistas? ¿Cómo actúan los organismos internacionales? ¿Y el Acuerdo de París? ¿Sirvió para algo? Todo lo responde Flavia Broffoni, presidenta de XR Argentina (Rebelión o Extinción), en el libro que acaba de publicar (y que se llama, justamente, Extinción), pero algo adelanta en esta entrevista.

“Extinción no era un libro que estaba pensado. Yo no tenía nada escrito. Es algo que nos pasa a los activistas: dedicamos la mayor parte del tiempo a construir humanamente bases de resistencia o de conversación”, explica.

Flavia Broffoni durante su charla TEDx Rio de la Plata, en octubre del 2019. Foto: Renata Sanz Fuganti.
Flavia Broffoni durante su charla TEDx Rio de la Plata, en octubre del 2019. Foto: Renata Sanz Fuganti.

La propuesta se la acercó la editorial Sudamericana luego de verla dar su charla TEDx el año pasado, en la que Flavia alertó sobre el estado del planeta en clave de urgencia y llamó a la desobediencia civil como única arma posible de resistencia. Pero no habla de una mera rebelión ideológica sino incluso como arma de supervivencia: “Hace veinte años que en las instancias gubernamentales se habla de tomar medidas pero nada pasa más allá de lo discrusivo y estamos rumbo a la extinción, por eso hablo de desobediencia civil”, explica.

-¿Por qué creés que la editorial se animó a publicar un libro tan fuerte como el tuyo?

-Estamos al horno, todo el mundo lo dice, lo dice hasta el Director General de Naciones Unidas… Pero nada pasa. Y los diplomáticos se siguen reuniendo en la ONU y seguimos produciendo políticas públicas que profundizan estos mismos procesos destructivos. Y lo vemos. Entonces creo que había una necesidad de que algunas de las voces que hay hoy hablando sobre esto tuvieran una plataforma. Al menos así vi yo la oportunidad del libro, como una herramienta más del activismo.

-¿Cómo es la reacción de la gente cuando le decís: “vamos camino a la extinción”?

-No es algo que digo para generar conciencia porque sé que genera rechazo. Es un mensaje muy terrible, un mensaje empíricamente validado pero que hace que se activen mecanismos psicológicos atados a la negación de la realidad. Y no tiene que ver con estar a favor o en contra, ni siquiera hay que ser negacionista climático para eso, es una reacción humana.

Flavia durante una intervención frente a la embajada de Brasil, en agosto del 2019, durante los incendios masivos en la Amazonía. Foto: Renata Sanz Fuganti.
Flavia durante una intervención frente a la embajada de Brasil, en agosto del 2019, durante los incendios masivos en la Amazonía. Foto: Renata Sanz Fuganti.

-¿Qué significa que estamos camino a la extinción?

-Camino a la extinción estamos porque venimos acumulando impactos de nuestra forma de relacionarnos con la naturaleza, que ya en este punto de la historia de la tierra están desencadenando procesos de crisis ecosistémica. Se llaman puntos críticos o puntos de no retorno, en donde los ecosistemas por la acumulación de estos impactos empiezan a reaccionar de forma inesperada, retroalimentando circuitos de “nefastez”, por decirlo de algún modo.

-¿Podés dar un ejemplo?

-Sí, claro. Hoy hay nueve puntos críticos ecosistémicos activados. Por acumulación de estos impactos: aumento de la temperatura global, contaminación, pérdida de biodiversidad, etcétera. Un ejemplo que lo traigo a colación es el derretimiento de la capa de permafrost. Lo cito porque ya los científicos están hablando de esto. Es esa capa de hielo gruesa que cubre buena parte del hemisferio norte, y que almacena debajo un montón de materia orgánica que el planeta acumuló durante millones de años. Al derretirse la capa de permafrost, porque aumenta la temperatura global, esa materia orgánica empieza a quedar expuesta a la superficie de la tierra. Y suceden dos cosas: por un lado se empieza a liberar metano acumulado en toda esta materia orgánica (plantas, animales, dinosaurios que fueron cubiertos en la últoma glaciación), y por otro lado se reemplaza una superficie blanca que era hielo por materia oscura. Recordemos que esto lo produce el aumento de la temperatura global, el punto crítico es el momento en el que ese impacto empieza a retroalimentar ese ciclo nefasto. Entonces se derrite, deja expuesta la materia orgánica, se libera metano (acelerando todavía más el círculo de aumento de la temperatura global), y al mismo tiempo el efecto albedo (que hace que una superficie blanca refracte luz solar), desaparece. Y esa materia orgánica negra comienza a acumular todavía más calor, aumentando todavía más el calentamiento de la tierra.

-¿Este que explicás es solo uno de los puntos críticos que mencionás?

-Claro, de esos hoy tenemos nueve, situaciones en las que ecosistemas que regulan el clima global y las dinámicas atmosféricas globales, se están empezando a quebrar, a fallar, a producir inundaciones extremas, sequías extremas, cada vez más frecuentes.

-¿Qué son los colapsólogos?

-Hay un desarrollo muy interesante alrededor de eso. Son matemáticos, físicos, químicos que se están sentando a modelizar cuáles son las causas más probables que van a desencadenar el colapso societario.

-¿Simulan colapsos?

-Claro. Hacen hipótesis: se pelean Estados Unidos y China, y estalla una guerra, eso es una. Llegada de extraterrestres, otra. Y la causa más probable de un colapso civilizatorio (ya no estamos hablando solamente de que va a haber un poco menos disponibilidad de agua), sino que hablamos de que colapsan las sociedades. Es violencia, es saqueos, es lo que puede desencadenar una disrupción sistémica. Y la causa más probable es la crisis de los ecosistemas y del clima, que ya está empezando a suceder.

Retrato de Flavia Broffoni, autora de Extinción (Editorial Sudamericana). Foto: @renatasanzfuganti.
Retrato de Flavia Broffoni, autora de Extinción (Editorial Sudamericana). Foto: @renatasanzfuganti.

-¿Top uno entonces de posibles causas del colapso: la crisis climática?

-Exactamente.

-Y estos científcos que investigan el colapso, ¿ven alguna salida?

-Dicen que tenemos una ventana de oportunidad muy cortita para quebrar la lógica del sistema de producción y consumo y empezar a relacionarnos de forma diferente, pero no para evitar el colapso. Eso ya es inevitable.

-¿El colpaso es inevitable?

-Sí, el colapso de nuestra civilización es inevitable. Y yo digo esto y sé que genera rechazo, pero el punto es ganar tiempo para aprender a colapsar mejor.

-Eso me suena mucho al discurso: “la ola del contagio va a llegar, hay que ganar tiempo para preparar el sistema sanitario”.

-Idem. Mi visión sobre este tema es que ese tiempo ganado va a ser menos importante en lo que implica generar políticas públicas centralizadas (que yo creo que no es la vía) sino que las comunidades comiencen a generar resiliencia territorial. Por eso hablo de descentralización de las mega ciudades por ejemplo. Por eso yo hablo de aprender a hacer cosas que no sabemos hacer, aunque sin ir al extremo “prepper”.

-¿Qué son los prepper?

-Son preparacionistas frente al colapso. Está el preper yankee que se arma y se va al búnker, y el preper europeo que aprende a cultivar la tierra. Yo me siento más alineada a aprender a cultivar la tierra, pero claramente vamos a necesitar herramientas que hoy no tenemos para enfrentar el momento de disrupción.

Extinción es un diagnóstico por un lado, y un libro propositivo. Se acaba de publicar por editorial Sudamericana.
Extinción es un diagnóstico por un lado, y un libro propositivo. Se acaba de publicar por editorial Sudamericana.

-¿En cuánto podría llegar este colapso, según estiman?

-Las cifras son cada vez más cercanas. Yo consumo esta información todos los días y se hablaba de una ventana de diez años para impedir los peores efectos de la crisis climática que iba a llegar a fin de siglo. Pero esa ventana es cada vez más pequeña. Intentaré ser más clara: la temperatura global fue aumentando, hay que lograr que se mantenga por debajo de 1.5 grados hacia fin de siglo. Eso fue lo que se trató en el Acuerdo de París. Y más de 1.5 es esto: colapso ecosistémico masivo a escala global. Es lo que dice el informe del IPCC (Panel Intergubernamental del Cambio Climático en el ámbito de Naciones Unidas): más de 1.5 no tenemos que pasar. Todos los países, según el acuerdo, se comprometieron a mantenerse por debajo de 1.5 en relación a sus emisiones de gases de efecto invernadero. Bueno, si todos los países hacen su parte, con Trump o sin Trump, igual estamos yendo a aumentar casi 4 grados la temperatura. Y esto es con todos los países cumpliendo su compromiso.

-¿Fue mal calculado, fue incumplido a ocultas o qué pasó?

-Es lo mejor que pueden hacer dentro del sistema que conocemos, es decir: aumentando el PBI con una fuente de abastecimiento energético a base de combustibles fósiles, y depredando la naturaleza sin parar. Ahí es cuando nacen los movimientos, y aparece Greta Thunberg diciendo: “¿cómo esto es lo mejor que pueden hacer si implica que vayamos a morir todos antes de fin de siglo?”. Y ahí es donde a mi también me cayó la ficha de pensar que, incluso entre los activimos que creíamos más disruptivos, ya no podemos seguir hablando solo sobre el diagnóstico, porque el diagnóstico ya está, decir la verdad de forma coloquial es muy terrible y eso implica que al mensajero se lo anule, sea con un libro o lo que sea, pero yo igual no podría estar haciendo otra cosa.

-¿Qué de todo es lo que más te preocupa, si es que podés elegir una cosa?

-Lo que más me interpela es cómo hacer para quebrar el punto ciego de nuestra civilización, la imposibillidad ontológica de concebir la propia desaparición.

Seguí leyendo: