La emotiva carta de la hermana de Alejandro Estrada, a siete meses de su muerte

Por Helena Estrada

Compartir
Compartir articulo
Helena y Alejandro Estrada
Helena y Alejandro Estrada

El año 2018 fue especialmente significativo para mí. Murió Ale, mi hermano mayor. Mi cómplice de infancia y adultos, gran confidente y compañero de ruta. Por supuesto siempre desconté que estaríamos juntos hasta viejos. El 15 de junio murió trágicamente en un accidente y, de repente, todo cambió. O yo cambié.

El mundo siempre fue así, contuvo este grado de dolor, solo que había sido lo suficientemente afortunada de no haber atravesado una pérdida de esa magnitud hasta aquel entonces.

El profundo dolor, me exigió volver a las preguntas que importan: ¿qué sentido tiene todo, si es que lo hay? ¿Es que tenemos un propósito en nuestra vida? ¿Es ese propósito predeterminado o lo vamos creando? ¿Es acaso un invento, un refugio al sinsentido, un absurdo, un pasatiempo?

La muerte ajena, que nos habla de la propia, nos enfrenta a una verdad casi ontológica: estamos solos. Hay un plano, sobre todo en el de la propia muerte que es profundamente individual, personal, propio.

Helena y Alejandro en una foto que ella compartió en su cuenta de Instagram
Helena y Alejandro en una foto que ella compartió en su cuenta de Instagram

Ítaca, el poema de Cavafis, presenta a la vida como el viaje del héroe. Estamos todos en un viaje simultáneamente personal y comunitario. A la vez, es un viaje al interior, de profundización y también de exploración y experimentación con el afuera.

Durante ese viaje, vamos haciendo la mayor obra de arte posible, construir nuestro propio yo. No se trata solo de "descubrir" quién soy a través de la observación, sino tomar la decisión de ser quien quiera ser, en cada momento. Esculpirme, con tenacidad y amorosamente. Ser un arquetipo construido por mí misma.

Tener el coraje de decidir ser yo quien legitime mis acciones, sin una fuente externa que lo determine. Tomar la responsabilidad de mi propia jerarquía de valores, de mi ética, y saltar a la aventura de saberla dinámica, todo lo contrario a caprichosa u oportunista, sino que educable, en perpetua evolución. Y aceptar las propias contradicciones, los baches, es la diferencia entre los personajes y las personas.

Reconocer el aspecto solitario de la vida, ser el propio compañero de uno mismo, elegir el tono y afectuosidad del relator interno, de la voz interior con la cual dialogo personalísimamente.

Y el dolor, esa pena aguda y abrasante que quema y por momentos oprime como un torniquete el corazón, al punto de llegar a una sensación de desesperación, de desesperanza… y el dolor, el sufrimiento humano, la injusticia, la ignorancia altanera, los abusos de poder… y la desgracia, las tragedias, las pérdidas irrecuperables.

Helena Estrada es la responsable del Centro de Desarrollo Económico de la Mujer
Helena Estrada es la responsable del Centro de Desarrollo Económico de la Mujer

Nos permiten aumentar el umbral del sentir. Aumentar el umbral del sentir, en lo bello, y en lo oscuro, permitiéndonos hacernos más nosotros, más empáticos, más capaces de vida. Decidir a conciencia aumentar la propia potencia del sentir, elegir la intensificación del estar vivo.

Aprender a gozar de la tarea de ser persona, ser titular de la vida que me ha sido dada, saborear la curiosidad y alimentarla como un néctar que me hace viva. Encontrar en la mirada de los otros el infinito que busco en mí, reconocer en mi cuerpo la historia de la humanidad. Y por momentos, mágicos y únicos, sentir un silencio existencial y atemporal, donde habita el misterio de lo sublime.

Helena Estrada, responsable del Centro de Desarrollo Económico de la Mujer (CEDEM).

Seguí leyendo:

Conmoción en el mundo empresario por la trágica muerte de Alejandro Estrada