¿Tendrá miedo de volver a su casa? ¿Perdió la razón? ¿Estará internada en algún hospital? ¿Habrá sido secuestrada, siendo víctima de abusos, violencia y maltratos? Cada una de esas preguntas transcurrieron por la mente de Juana López Solís, hermana de Nicolaza, quien desapareció el 18 de diciembre de 2017 tras saludar a su hijo y prometer "regresar pronto".
Nicolaza no volvió, pero tampoco apareció. "Voy a comprar ropa a Avenida Avellaneda y vuelvo", dijo. Y no regresó. Aquel lunes, temprano, salió de su casa ubicada en Avenida Corrientes y Acuña de Figueroa, vestida con un pantalón azul, remera del mismo color con estampado, zapatillas violetas y una cartera negra.
"Ella estaba trabajando, era vendedora ambulante, pero lógicamente no la dejaban trabajar en la calle. Entonces fue a Flores para ver mercadería, allí hay muchos locales que venden ropa al por mayor. Quería comprar y empezar un emprendimiento nuevo", contó Juana a Infobae, angustiada, a poco más de cuatro meses de la desaparición de Nicolaza, ciudadana peruana de 44 años que llegó a Buenos Aires en 1996.
Y agregó: "Si se hubiese ido me habría llamado. Ella nunca dejaría a sus hijos sin hacerles saber que está bien. Quiero saber qué le pasó", explicó su hermana, quien aportó, desde el comienzo, un dato importante para la investigación: "Desapareció un día donde hubo saqueos y corridas en Flores. Quizás se golpeó y perdió el conocimiento o alguien se la llevó desde ahí. Pensamos muchas cosas porque no tenemos nada asegurado".
Las cámaras de la Ciudad no la registran por la zona. Las de los comercios, bancos y otras entidades, tampoco. Un testigo -poco confiable para la policía- le contó a la familia que la había visto el 22 de diciembre por la zona. Luego, cuando lo llamaron a declarar, dijo que eso fue el 6 de enero, modificando el relato previo.
Sus hijos, Kevin y Daniel, son quienes aún la esperan. Nacieron en Argentina luego de que Nicolaza contraiga matrimonio con Jesús Saavedra, profesor de matemáticas. El día de su desaparición, los tres hombres cenaron en la vivienda que los cuatro compartían en Almagro. Pero fue recién por la mañana cuando Jesús llamó a Juana para preguntarle si su madre estaba con ella, si había dormido allí.
"Me enojé muchísimo con ellos, porque estuvieron un día sin saber nada de su mamá y me avisaron al día siguiente. Mi hermana jamás durmió fuera de su casa. Entonces lo primero que hice fue llamar al 911. Ellos me llevaron a la Comisaría 9 de la Policía de la Ciudad, allí conté lo sucedido y con algunos amigos comenzamos a recorrer todos los hospitales. Mi marido y Jesús caminaron toda la ciudad y ni noticias", explicó Juana, de 38 años.
Juana, junto a su familia, habían sacado pasajes aéreos para visitar Perú en enero. La policía se presentó en el aeropuerto pero ella no estaba allí. Lo primero que hicieron fue chequear en Migraciones los egresos nacionales e ingresos en Perú, para saber si quizás había utilizado otros medios para regresar a su tierra natal.
"También lo hicimos en Bolivia y Chile, pero no hay registro de que haya entrado a alguno de esos países. La Fiscalía de Instrucción 55 de la Ciudad de Buenos Aires mantiene, entre sus hipótesis, que ella se fue o que se escapó, pero no lo sabemos", dijo su hermana.
En la última semana, el gran pedido de Juana obtuvo una resolución favorable: la PROTEX (Procuraduría de Trata y Explotación de Personas), dirigida por el fiscal Marcelo Colombo, ya tiene una copia del expediente e investigará la desaparición de Nicolaza como tal.
"La PROTEX le sugirió a la fiscalía que analice las cámaras de seguridad de la avenida Nazca, hasta Juan B. Justo, porque estiman que pueda surgir algo de ahí. Tuvimos reuniones con todo el equipo, todos muy profesionales. Ojalá que pronto podamos tener novedades, porque no hay nada", manifestó la hermana.
También ratificó que "allá y acá se la buscó por todas partes. Vivo una desesperación de no saber nada, no conocer qué le está pasando; si está muerta, viva, drogada, escondida, abusada o maltratada. Necesito que si alguien la vio se comunique conmigo porque ya no aguanto más", concluyó Juana.
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