Tres obreros, un "piropo" y unos bombones: las escenas que explican el #8M

Muchas mujeres dejaron sus actividades y se unieron al “ruidazo”. En plena manifestación, algunas pusieron en evidencia el acoso callejero y otras se enojaron: “Pedimos derechos y nos regalan bombones”.

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La escena sucede en la esquina de Tucumán y Reconquista apenas pasado el mediodía. Seis mujeres jóvenes, todas abogadas del banco Credicoop, caminan, aplauden y hacen sonar fuerte sus silbatos negros. Deberían estar adentro del banco pero les dieron la libertad de parar sus actividades y unirse al "ruidazo". Desde el primer piso de un edificio en construcción, tres obreros sacan la mitad de sus cuerpos por una ventana sin vidrios y les gritan algo. No se llega a escuchar qué les dicen: si les dicen "hola", "feliz día" o si les dicen "¿quieren subir?", pero no importa. Lo que importa es que una de ellas frena y les responde a los gritos: "¿No ven? ¿No ven lo que estamos haciendo?". La escena es una pequeña muestra del espíritu del Paro Internacional de Mujeres que arrancó hoy en 55 países del mundo: el reclamo que el año pasado empezó mostrando la punta del iceberg de la violencia contra las mujeres–los femicidios– empezó a desmenuzarse.

El paro de hoy tiene múltiples consignas y todas buscan mostrar las otras formas de violencia cotidiana que viven las mujeres: el acoso en la calle y la desigualdad en los salarios y en el reparto de las tareas de la casa son sólo algunas de ellas. "Yo quiero que a las mujeres se nos trate con el mismo respeto con el que se trata a los varones. Y que podamos ocupar espacios de poder y de decisión. En el banco, por ejemplo, esos lugares son exclusivos de los varones", dice Deborah Moughty, la abogada que se enojó con los obreros. "Hay muchas situaciones de violencia que las mujeres padecemos en lo cotidiano. Por ejemplo, que te digan cosas en la calle, el riesgo de que te hagan algo, tener miedo de subirte a un taxi o tener que pensar qué te ponés para no aumentar las posibilidades de que te pase algo", enumera Natalia, sentada junto a otras mujeres en la puerta del INAI (Instituto de Asuntos Indígenas).

A su lado, María de la Paz –tiene una cinta negra pinchada con una aguja en la remera– pone el ojo en los sobreentendidos: "Soy mamá soltera. Cuando quedé embarazada, él y yo teníamos la misma edad: él se borró y yo no, y a toda su familia le pareció bien", cuenta. Y lo cuenta para mostrar esa desigualdad: el sobreentendido de que un padre se puede borrar pero la función de una mujer, una vez que es madre, es entregarse en cuerpo y alma por el cuidado de los hijos.

Hubo mujeres que hoy pidieron a sus gremios que las ayuden a combatir la desigualdad salarial. Sin embargo, recibieron bombones con una leyenda: “Por cada mujer que da un paso hacia la igualdad la humanidad avanza hacia la libertad”

Tratando de esquivar el sonido de un redoblante, Solana Diez, pide decir algo."Necesitamos ir también a lo simbólico. ¿O no habla de desigualdad una publicidad que llama a las mujeres 'expertas en ahorro'? Publicidades nuevas como la de Mr. Músculo, que habla de Rubén, un hombre que trabaja, cuida de su hija y hace las compras son excepciones".

El que ahora habla, desde su cervercería en Palermo, es Ariel Navarro, padre de una beba de 7 meses. "Hoy me traje a Charo para que su mamá pueda ir a manifestarse. Me parece que está bueno acompañar el reclamo por la violencia que sufren las mujeres y la desigualdad. Yo veo que los varones tenemos algunos privilegios a los que nos hemos acostumbrado. Por ejemplo, es mucho más común que Charo esté en reuniones de trabajo de su mamá que en la cervecería conmigo, y lo más común es que la madre relegue algo que tiene que hacer o un rato de ocio por estar con su hija".

Hacer visibles estas desigualdades será un gran esfuerzo. Macarena es empleada de la Superintendencia de Servicios de Salud. Ahora está indignada y de paro sobre la avenida Roque Sáenz Peña: "Nosotras pedimos que varones y mujeres tengan la misma licencia por maternidad, que haya igualdad en los puestos jerárquicos, que tengamos poder de decisión en nuestros trabajos. ¿Sabés lo que hicieron hoy los integrantes de uno de nuestros gremios? Nos regalaron bombones. Y los bombones tenían una leyenda: "Por cada mujer que da un paso hacia la igualdad la humanidad avanza hacia la libertad".