Cuáles son los siete hábitos saludables que reducen a la mitad el riesgo de sufrir un ACV

Investigadores de la Universidad de Texas, EEUU, postularon que hacer deporte y mantener una buena dieta son claves fundamentales para disminuir la probabilidad de un accidente cerebrovascular

La actividad física es uno de los hábitos recomendados por los expertos para reducir el riesgo de un ACV (Getty)

Seguir hábitos saludables podría reducir casi a la mitad las posibilidades de sufrir un ACV. Así lo planteó un grupo de Investigadores de la Universidad de Texas, en Houston, EEUU. De acuerdo a estos expertos, mantener una buena dieta y hacer ejercicio con regularidad puede incluso compensar cualquier riesgo genético. Las otras medidas clave son no fumar y perder peso.

Este estudio científico, que fue publicado en la revista especializada Journal of the American Heart Association, sugirió que seguir siete hábitos saludables puede colaborar en la prevención de un ictus.

Para llegar a estas conclusiones, los especialistas estadounidenses siguieron a 11.500 adultos de mediana edad durante casi 30 años, y observaron cómo su estilo de vida influía en el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular, uno de los motivos más frecuentes de asistencia neurológica urgente que es provocado por un trastorno de la circulación cerebral.

Read more!

De esta manera, los hábitos, que fueron propuestos por la Asociación Americana del Corazón, se denominan “Life’s Simple 7″. Aunque son siete, sólo cuatro son factores modificables. Los otros tres -mantener una presión arterial normal, controlar el colesterol y reducir el nivel de azúcar en sangre- están asociados a efectos secundarios de mantenerse sano.

Cumplir con siete hábitos saludables puede reducir casi a la mitad el riesgo de sufrir un derrame cerebral, sugiere una investigación (Europa Press)

Cabe señalar que los accidentes cerebrovasculares afectan anualmente a más de 100.000 ciudadanos del Reino Unido y se cobran aproximadamente 38.000 vidas, lo que los convierte en la cuarta causa de muerte en aquel país y en la principal causa de discapacidad. En Estados Unidos, casi 800.000 personas sufren accidentes cerebrovasculares cada año y 137.000 mueren.

Es sabido que la edad, el tabaquismo, la obesidad, la hipertensión, la diabetes y el sedentarismo aumentan el riesgo de sufrir un ictus. Otro factor de riesgo importante son los antecedentes familiares de esta enfermedad, que consiste en la obstrucción o rotura de un vaso sanguíneo, lo que interrumpe el suministro de sangre a algunas partes del cerebro.

Los autores del estudio científico en cuestión realizaron un seguimiento de 11.568 adultos de entre 45 y 64 años durante una media de 28 años. A todos los participantes se les asignó una “puntuación de riesgo poligénico de ictus”, basada en análisis de sangre que identificaban mutaciones reveladoras relacionadas con estos eventos mortales.

De este modo, se evaluó la posibilidad de que sufrieran un ictus a lo largo de su vida, basándose únicamente en su ADN. Asimismo, se revisaron sus historiales médicos para comprobar si seguían los siete hábitos de vida. El colesterol bajo se calificó en función de si tomaban o no medicamentos para reducir los lípidos, como las estatinas, y en qué cantidad.

Se sabe que la edad, la hipertensión, el tabaquismo, la obesidad, el sedentarismo y la diabetes aumentan el riesgo de sufrir un ictus (Getty)

La presión arterial también se midió en función de los medicamentos que tomaban, mientras que la glucemia se puntuó en función de si recibían tratamiento para la diabetes. Se registró el estado de tabaquismo, el IMC mostró el peso corporal, la dieta se adivinó con el consumo de frutas y verduras y la actividad física se midió en minutos por semana.

Los participantes con mayor riesgo genético y peor salud cardíaca tenían el mayor riesgo de sufrir un ictus a lo largo de su vida, en torno al 25%. Sin embargo, en el caso de los que habían practicado los “Life’s Simple 7″, este riesgo se redujo entre un 30% y un 43%, según el análisis.

El seguimiento de estas prácticas también supuso casi seis años más de vida sin ictus. En general, el grupo más sano fue el que registró menos casos de ictus (6%), mientras que el mayor número correspondió a los que menos siguieron los hábitos (57%).

Según la autora principal, la profesora Myriam Fornage, genetista de la Universidad de Texas en Houston, los resultados ofrecen la esperanza de un programa de cribado. “Nuestro estudio confirma que la modificación de los factores de riesgo del estilo de vida, como el control de la presión arterial, puede contrarrestar el riesgo genético de ictus”, aseveró la experta.

Y concluyó: “Podemos utilizar la información genética para determinar quiénes corren un mayor riesgo y animarles a adoptar un estilo de vida cardiovascular saludable, como por ejemplo seguir los ‘Life’s Simple 7′ de la AHA, para reducir ese riesgo y vivir una vida más larga y saludable”.

Seguir leyendo:

Read more!

Más Noticias

Cannabis terapéutico: en qué tres enfermedades hay evidencia y por qué alarma la automedicación

Científicos de la Universidad de Harvard y otras instituciones de los Estados Unidos advierten sobre el uso creciente de productos derivados del cannabis sin supervisión profesional. Alertaron que faltan estudios contundentes que avalen muchos de los beneficios atribuidos a estos compuestos

Por qué el cambio climático podría producir grandes sequías en los próximos 15 años

Nuevas simulaciones climáticas revelan que las condiciones de escasez de lluvias en todo el mundo pondría en riesgo el agua y la agricultura necesaria para 750 millones de personas

La proteína clave que podría ayudar a conservar la fuerza en los músculos a edades avanzadas

Investigadores de Estados Unidos demostraron en ratones que restaurar la tenascina-C reactiva la reparación muscular. Cuáles son los desafíos para transformar el avance en una terapia efectiva y segura

La memoria humana no es un archivo: cómo los recuerdos cambian y se actualizan

El trabajo internacional liderado por Louis Renoult explora cómo el cerebro reconstruye vivencias y revela el impacto de este proceso en la vida cotidiana

El reloj biológico remodela las conexiones del cerebro según la hora

Un equipo de la Argentina, Estados Unidos y Reino Unido reconstruyó en 3D los cambios en las terminales neuronales de la mosca de la fruta. El hallazgo podría abrir nuevas rutas para entender y tratar el Alzheimer y otros trastornos del ritmo circadiano