La problemática de las segundas dosis pendientes: “Hay que buscar a esa gente que no volvió a vacunarse”, coinciden los expertos

En Argentina hay 7.398.616 personas que no completaron su esquema de vacunación. Y el número se compone principalmente de población entre 18 y 39 años. Cómo incide en el actual momento de la pandemia en el país, que tan alto porcentaje no esté debidamente protegido

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En Argentina hay 7.398.616 personas que no completaron su esquema de vacunación, y el número se compone principalmente de población entre 18 y 39 años (Efe)
En Argentina hay 7.398.616 personas que no completaron su esquema de vacunación, y el número se compone principalmente de población entre 18 y 39 años (Efe)

67.104.574 de vacunas para prevenir el COVID-19 se aplicaron en el país, según los últimos datos disponibles en el Monitor Público de Vacunación, el registro online del Ministerio de Salud que muestra en tiempo real el operativo de inmunización en todo el territorio argentino. Ahora bien, de ese total, 36.389.533 corresponden a primeras dosis, 28.990.917 a segundas, y 1.590.630 personas ya recibieron su tercera dosis o dosis de refuerzo, según corresponda, atento a las recomendaciones emitidas por la cartera sanitaria.

De esos datos se desprende que 7.398.616 de personas aún no recibió su segunda dosis, por lo que, conforme lo que se esfuerzan en recalcar los especialistas, no se encuentran debidamente protegidas frente a una infección por SARS-CoV-2.

Tal como figura en el sitio covidstats.com.ar, en la franja de 18 a 39 años 13.440.958 personas recibieron la primera dosis de alguna de las vacunas autorizadas de emergencia en el país, mientras que 10.628.873 se aplicaron la segunda dosis. Esto significa que 2.812.085 personas que se aplicaron la primera dosis, por alguna razón no volvieron a completar su esquema de vacunación.

Sin embargo, entre los mayores de 40 a 79 años, por analizar lo ocurre en la población que más riesgo tiene en caso de contraer la enfermedad, puede verse que de las 15.458.902 personas que recibieron la primera dosis, 14.352.029 fueron por la segunda, con lo que la brecha se acorta a 1.106.873 de personas que recibieron una sola dosis.

La diferencia de personas de 18 a 39 años que se aplicaron la primera dosis y no volvieron por la segunda es de 2.812.085 (Fuente: covidstats)
La diferencia de personas de 18 a 39 años que se aplicaron la primera dosis y no volvieron por la segunda es de 2.812.085 (Fuente: covidstats)

“En el grupo etario de 30 a 39 años, el porcentaje de población que no se dio la primera dosis es 6,8%, un 3% más que los mayores. Digamos que está bastante bien. Ahora, de ese grupo hay un 15% que se dio la primera y no la segunda, y eso es un porcentaje bastante mayor que el 4-6% de los mayores”. Jorge Aliaga es doctor en física, investigador del Conicet y secretario de Planeamiento de la Universidad Nacional de Hurlingham, y ante la consulta de Infobae analizó que “un hecho es que seguro que hay mucho más del 15% de edades entre 30-39 que tuvieron COVID-19. Y eso tal vez influye en que en esa edad se dieron una dosis, se contagiaron, y por lo tanto no están motivados por darse la segunda”.

En su mirada, “también puede influir que hoy la actividad es normal, y en muchos trabajos se descuenta el día si la persona tiene que faltar para vacunarse”. En ese sentido, para él, “habría que hacer dos cosas: por un lado, favorecer todo lo posible la aplicación, dejando que sea libre, sin turno, aplicado en eventos masivos, y también yendo a los barrios y buscando a los que faltan completar esquemas, y por otro lado poniendo alguna limitación para hacer ciertas cosas sin tener vacunación completa, como por ejemplo ir a eventos masivos”.

Esto que se observa en la población de 30 a 39 años se aplica en mayor porcentaje entre los que tienen entre 18 y 29 años, “donde hay un 21,7% que se dio la primera dosis y no la segunda”, enfatizó Aliaga, para quien “eso es bastante, y lógicamente hay que tratar de bajarlo”. “Ahora, yo no dejaría de destacar que sólo el 13,3% de esos jóvenes no se dieron la primera al menos, y eso es un número muy bueno”, evaluó.

Entre los adultos de 40 a 79 años, la brecha entre quienes recibieron la primera dosis y no la segunda se acorta a 1.106.873 personas (Fuente: covidstats)
Entre los adultos de 40 a 79 años, la brecha entre quienes recibieron la primera dosis y no la segunda se acorta a 1.106.873 personas (Fuente: covidstats)

El ingeniero en Sistemas y experto analista de datos Mauro Infantino, quien diseñó el sitio covidstats.com.ar reconoció en diálogo con este medio que “existe una brecha entre las primeras y las segundas dosis aplicadas en el país y esa diferencia se acrecienta más a medida que baja la edad”. “No sabemos muy bien por qué hay gente que no está yendo a buscar la segunda dosis”, enfatizó.

En la mirada del bioquímico, doctor en Ciencias Químicas, investigador Conicet y docente de la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad Nacional de Córdoba Rodrigo Quiroga, “efectivamente hay una buena cantidad de jóvenes que no tienen la segunda dosis, y la mayoría pertenece al grupo de 12 a 30 años”.

Para él, en ese sentido, “es clave comunicar la importancia de esa segunda dosis”, que a su parecer “no se está haciendo de manera suficiente”. Y sobre las causas que podrían llevar a alguien que se aplicó la primera vacuna a no completar el esquema, consideró: “Comenzó a circular por whatsapp la idea de que si alguien se contagió y se aplicó la primera dosis está protegido, lo cual no es así porque realmente se sabe que la segunda dosis, incluso en las personas que ya tuvieron la enfermedad, aumenta muchísimo la respuesta inmune en cuanto a magnitud y la duración en el tiempo”.

"Hay que buscar a esa gente que no volvió a vacunarse", coincidieron los expertos consultados (Efe)
"Hay que buscar a esa gente que no volvió a vacunarse", coincidieron los expertos consultados (Efe)

“Por otro lado, me parece que hay que buscar a esa gente, y si no volvió a vacunarse por problemas de horarios, debería asegurarse que puedan, por ejemplo, tomarse el día en el trabajo para ir a darse la vacuna, así como también llevar las vacunas a los adolescentes, vacunar en recitales o eventos deportivos como se hizo el último fin de semana largo -señaló-. Eso se hizo en muchos países del mundo para aumentar el porcentaje de población que se vacuna”.

El médico infectólogo pediatra Eduardo López (MN 37586) es uno de los que desde hace unas semanas advertía acerca de esta situación. “La Argentina tiene algunas variables que hay que tener en cuenta: en primer lugar todavía falta un importante porcentaje de población a la que se debe aplicar la segunda dosis, lo cual es tan importante como dar la tercera porque para prevenir la variante Delta, que es la que está predominantemente circulando en el país -había alertado en diálogo con Infobae-. Se requiere inexorablemente de dos dosis,y por otro lado, aparentemente hay un grupo muy importante que está en alrededor de los dos millones de personas que no ha recibido ninguna dosis, lo cual francamente es un tema muy preocupante”.

López reforzó la idea de que “es una cantidad no menor los adultos jóvenes entre 18 y 39 años que decidieron no completar su esquema de dos dosis”. Y en ese sentido destacó que “frente a la variante Delta el individuo que tiene una dosis no se puede considerar protegido ni siquiera parcialmente”.

En este punto, para Quiroga, “podría ser necesario hacer lo que hizo Francia o el Reino Unido, entre otros países, que piden certificado de vacunación completo para poder ingresar a bares, restaurantes, cines, boliches”. “Me parece que sería una buena opción para lograr terminar de aplicar esas segundas dosis que faltan y también en el verano hacer operativos en las playas y lugares de veraneo -enfatizó-. Es importante que esas poblaciones reciban la segunda dosis, así como la aplicación de terceras dosis y refuerzo, que toda persona que reciba el turno debería ir a recibirla, ya que se sabe que los países que se demoraron más de seis a nueve meses en la aplicación de los refuerzos volvieron a tener aumentos de casos”.

Sobre los que no recibieron ninguna dosis y la vacunación pediátrica

"Hay que seguir insistiendo con la seguridad y la necesidad de la vacunación pediátrica", sostuvo Quiroga (Getty)
"Hay que seguir insistiendo con la seguridad y la necesidad de la vacunación pediátrica", sostuvo Quiroga (Getty)

En línea con lo planteado por López, según la estimación de población de INDEC 2020, 2.200.000 de mayores de 18 años no recibieron ninguna dosis. “Es el 7% de la población, y es un número importante, pero otra forma de decirlo es que el 93% de los mayores de 18 se dieron al menos una dosis”, consideró Aliaga, para quien “si se compara la situación con lo que ocurre en los EEUU la Argentina está muy bien”.

“Creo que es mucho más importante vacunar al menos con una dosis a la mayor cantidad posible de menores de 18 años (que son el 28% de la población) que ver cómo se llega a ese 7% -sostuvo el físico-. Si se hubiera decidido no vacunar a los menores de 18 y había quienes planteaban eso, y se vacunaba al 100% de los mayores de 18, se llegaba al 72% de la población ya que los menores de 18 son el 28%. Estamos en el 79%, casi como Uruguay”.

Según él, en la actual situación, “es claro que los contagios se concentran en los no vacunados”. “Los casos confirmados bajaron muchísimo cuando se avanzó con la vacunación”, analizó Aliaga, quien remarcó: “En forma relativa aumentaron los casos en los menores de 18 cuando no estaban vacunados y empezaron a bajar cuando se empezaron a vacunar”.

“Hay que seguir insistiendo con la seguridad y la necesidad de la vacunación pediátrica”, agregó en tanto Quiroga, quien resaltó que “hay provincias con 50% de ese grupo vacunado y otras que superaron 70%”. Para él, “mientras más niños estén vacunados, más protegidos estarán y menor posibilidades habrá de tener que volver a suspender la presencialidad en las escuelas a futuro”.

Y finalizó: “Creo que es importante intentar llegar al 85-90% de la población con al menos una dosis porque lo que se está viendo en Europa es que al superar ese porcentaje el impacto de nuevas olas de casos sería mucho menor”.

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