Alberto Fernández, en medio de una puja interna entre Cristina Kirchner y Felipe Solá para definir al embajador en China

El Presidente tiene que decidir entre un candidato de la vicepresidenta y la propuesta oficial del Canciller

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Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner, en la fiesta de asunción presidencial en Casa Rosada
Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner, en la fiesta de asunción presidencial en Casa Rosada

La designación del futuro embajador argentino en China está causando una silenciosa pulseada palaciega entre Felipe Solá y Cristina Fernández de Kirchner. La vicepresidente desea coronar en Beijing a un representante político, mientras que el canciller se inclina por un diplomático de carrera que ya actuó ante la administración de Xi Jinping.

Alberto Fernández tiene que dirimir entre la vicepresidente y el canciller en una interna de poder que incluye la correlación de fuerzas en Balcarce 50, la mirada presidencial sobre el mundo del siglo XXI y las relaciones bilaterales que mantienen Argentina y China.

Fernández de Kirchner pretende que Sabino Vaca Narvaja se haga cargo de la embajada en Beijing. Sola, al contrario, propone a Alfredo Bascou. Vaca Narvaja no tiene recorrido diplomático y exhibe una sólida formación académica sobre China. Bascou ya estuvo asignado en Beijing, fue representante argentino en Corea del Sur y ascendió como embajador en la administración de Mauricio Macri.

Alberto Fernández y Sabino Vaca Narvaja, candidato de CFK como embajador argentino en China
Alberto Fernández y Sabino Vaca Narvaja, candidato de CFK como embajador argentino en China

La designación del embajador en China pone en una encrucijada al Presidente. Si acepta la candidatura de Cristina Kirchner, debilita a Solá y fortalece la hipótesis de doble comando. A la inversa, si Alberto Fernández descarta la propuesta de CFK, habrá ruido de tambores en la Cámara alta: hasta ahora, la ex presidente no ha designado a ningún embajador político en un país poderoso del globo.

Pero la decisión presidencial no sólo deberá respetar al juego interno de la Casa Rosada. Alberto Fernández tiene que bascular en la lógica de presiones que ejercen Estados Unidos y China. Washington prefiere al embajador Bascou, mientras que Beijng se inclina por Vaca Narvaja, que estudió en China y exhibe una excelente relación con CFK.

La Casa Blanca pretende que la Casa Rosada bloquee la tecnología 5G de China y rechaza que se construyan centrales nucleares con tecnología y financiamiento aprobado por Xi Jinping y su administración comunista. En este escenario, el embajador Bascou es una pieza clave para funcionar como una traba diplomática a las aspiraciones globales de China.

Alfredo Bascou, candidato a embajador en China
Alfredo Bascou, candidato a embajador en China

Por el contrario, Vaca Narvaja cree que la diplomacia nacional debe perder cierta cuota de ideología y facilitar el ingreso de capitales y aportes tecnológicos que no generen dependencias territoriales o plegamientos con potencias regionales. Es decir: el candidato a embajador de la vicepresidente considera que China puede funcionar como un balance de poder frente a la agenda que propone Trump para América Latina.

Alberto Fernández tiene pendiente una negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI), debe resolver la crisis de los aranceles en el aluminio y acero que se exportan a Estados Unidos, y desea tener un rol protagónico en las elecciones de la Organización de Estados Americanos (OEA) y en la búsqueda de una solución a la crisis de Venezuela. El jefe de Estado necesita a Trump para cumplir con éxito esta ambiciosa agenda política, económica y multilateral.

Cristina Kirchner llegará a Buenos Aires en una semana. Se encuentra en Cuba, junto a su hija Florencia, quien durante unos años fue cuñada de Sabino Vaca Narvaja. Alberto Fernández lo aprecia y reconoce sus méritos académicos, aunque para decidir tomará más en cuenta la geopolítica que sus profundas lecturas sobre el supuesto ascenso pacífico de China.

Antes que concluya enero, el presidente y la vicepresidente jugarán al ajedrez con la plaza Tiananmén de fondo, La partida es sin tablas.

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