En los últimos tres meses, el único que lo visita en la cárcel de Ezeiza es Amilcar Fredes, un ex colaborador. Y cada tanto recibe a uno de sus ex abogados. ¿Su familia? Su mujer y sus hijas dejaron de visitarlo hace tiempo. El contacto solo es telefónico. Y muy esporádico. José López está solo y en silencio. "Está enfocado en la cuestión judicial. Va para adelante, es muy religioso", cuenta uno de sus escasos interlocutores sobre su estado de ánimo.
Si no hay sorpresas, el ex secretario de Obras Públicas no modificará su estrategia durante el juicio oral que acaba de comenzar. En la intimidad, sigue repitiendo que la casa del Dique Luján y el departamento de la avenida Las Heras 2032 no son suyos. Sobre el dinero, nunca dio detalles. "Si dice quién se lo dio, se estaría exponiendo a una calificación legal más grave", explica una fuente de su entorno para tratar de entender su silencio.
"Ese dinero no me pertenecía, ese dinero pertenecía a la política", fue la única pista que soltó López durante la instrucción de la causa. Fue el 12 de agosto de 2016, en su indagatoria ante el juez Daniel Rafecas. Según pudo saber Infobae, la frase surgió horas antes, en una extensa charla con sus entonces abogados, Fernando García y Diego Sánchez. No había acuerdo en las palabras concretas, pero sí una estrategia de defensa sobre los bolsos con casi 9 millones de dólares.
López quería mandar un mensaje a la política y a los empresarios que lo frecuentaban para medir las repercusiones. "No me dejen solo", se leía entre líneas. Pero nadie acudió. "Nadie se interesó, ni el kirchnerismo ni el Gobierno. Ni siquiera le dieron contención", admite un interlocutor del ex funcionario.
Ante el juez, López prometió dar más detalles "cuando tenga la fortaleza física, psicológica y espiritual necesaria". Nunca cumplió, ni siquiera en la intimidad. Apenas soltaba su bronca al aire. "La plata era de Néstor Kirchner", "La plata era de Cristina", "La plata era de Daniel Muñoz", le escucharon decir alguna vez. No eran acusaciones concretas, apenas "explosiones de furia" de un hombre encerrado entre cuatro paredes.
Según pudo saber Infobae, no son las únicas personas mencionadas por López dentro de su celda. La lista se extiende a otros ex funcionarios y varios empresarios.
Con el tiempo, López se fue quedando cada vez más solo (hoy se reencontró con su mujer en el juicio). Hasta perdió a sus abogados porque nadie les pagaba. Hoy solo recibe una visita: su ex secretario Amilcar Fredes, quien ya fue mencionado en otras causas judiciales. En el expediente de la obra pública, un gerente de Vialidad Nacional, Jorge Gregorutti, declaró que Fredes le preguntaba constantemente por las obras de Lázaro Báez y le enviaba mensualmente una planilla para poner los datos. El secretario de López también aparece en el listado de SMS del ex secretario de Obras Públicas. "Pará el pago en el banco para Odebrecht. Hacé lo que tengas que hacer. Después te explico", le escribió López a Fredes en alguna ocasión.
Aunque la Justicia rechazó hasta ahora todas sus presentaciones, López no pierde las esperanzas. "Tenía mucha expectativa del planteo de excarcelación en Casación (fue rechazado la semana pasada)", contó alguien que lo visitó hace una semana atrás.
Con todo, López sabe que lo más previsible es una condena. Su intención es desligarse de la casa del Tigre y del departamento de Recoleta. Y correr a sus familiares. ¿Del dinero? No hay justificación posible.