A un año de la detención de Lázaro Báez: los motivos de su silencio

Hubo negociaciones para que declare como arrepentido pero priorizó preservar la amistad con los Kirchner

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Lázaro Báez, el principal beneficiado según la Justicia (Télam)
Lázaro Báez, el principal beneficiado según la Justicia (Télam)

El empresario Lázaro Báez está preso hace un año en la cárcel federal de Ezeiza. Durante estos 12 meses se especuló mucho sobre la posibilidad de que declare como arrepentido en la causa "La ruta del dinero K" y que, concretamente, revele que fue el testaferro de Néstor y Cristina Kirchner.

Hubo negociaciones para dejar los detalles de sus vínculos políticos plasmados en una declaración pero tres motivos mantienen a Báez en silencio: su amistad con Néstor Kirchner, el miedo a represalias contra su familia y la esperanza -aunque con el paso del tiempo, cada vez menor- de quedar en libertad.

El 5 de abril del año pasado a las 17:50, Báez aterrizó en el aeropuerto de San Fernando desde Río Gallegos en un avión Lear Jet. Llegaba a Buenos Aires para preparar su indagatoria por el video donde se mostró máquinas de dinero contando millones de dólares en la financiera S.G.I. A Báez lo esperaba una delegación de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) para cumplir la detención ordenada por el juez federal Sebastián Casanello.

Desde entonces está preso en la cárcel de Ezeiza. Báez tiene mucho para decir. ¿Lo contará en tribunales para lograr un beneficio en su situación judicial? La pregunta fue una especulación constante alrededor de la causa judicial y, sobre todo, en los medios.

Pero nunca se concretó. El empresario analizó esa posibilidad, algunos de sus hijos se lo pidieron pero él siempre se negó, le reveló a Infobae una persona que trabaja con el empresario y que formó parte del proceso.

Báez tiene tres barreras para no arrepentirse

La primera es su amistad con el fallecido ex presidente Néstor Kirchner. Siempre dijo que su amigo en la familia Kirchner era Néstor y nadie más. Con él construyó su grupo económico, hoy embargado por todas las causas de corrupción. Para el empresario hablar en contra de Cristina Kirchner sería traicionar a su amigo y es algo que no está dispuesto a hacer.

"No tengo relación con Cristina, solo la respeto por ser la mujer de Néstor", declaró el mes pasado Báez en la causa Los Sauces, marcando una diferencia entre los ex presidentes.

Cuando Báez deje la cárcel tiene un plan: volver a Santa Cruz, su lugar en el mundo y donde vive toda su familia. Tiene miedo de que arrepentirse pueda significar alguna represalia contra los suyos, quienes habitan un territorio donde los Kirchner manejan el poder desde 1991; hoy es Alicia Kirchner – la hermana de su amigo – la gobernadora.

El último motivo del silencio de Báez es la esperanza de que su paso por la cárcel sea breve. Esa expectativa se fue diluyendo en el tiempo y lo único que logró su defensa fue el rechazo a sus pedidos de excarcelación.

Por el contrario, durante el año que lleva en prisión, Báez sumó problemas judiciales.

Hasta abril del año pasado, el empresario había sido indagado una única vez y recibió la falta de mérito. Desde su detención ya fue indagado seis veces y tiene cinco procesamientos: dos por lavado de dinero; otra por las irregularidades en las obras públicas viales en la provincia de Santa Cruz; una cuarta, por no pagar aportes previsionales de sus empleados; y la última, en la causa conocida como Los Sauces, por alquilarle propiedades a la familia Kirchner.

A pesar de negarse a declarar como arrepentido hubo negociaciones. Un allegado del empresario tuvo reuniones el año pasado con el fiscal Guillermo Marijuán para intentar llegar a un acuerdo. Pero no avanzó.

Báez tenía un espejo: Leonardo Fariña, quien había trabajado para él en su empresa insignia, Austral Construcciones. Fariña declaró como imputado arrepentido y logró la libertad después de dos años de detención.

¿Existe alguna posibilidad de que, después de un año, Báez declare como arrepentido?, preguntó Infobae. "Nunca hay que descartar nada pero si no pasó en los primeros meses, ya no creo que pase", respondió el allegado a Báez, quien cumplió un año en prisión como llegó, en silencio.