La rutina de control en los establecimientos penitenciarios suele transcurrir sin sobresaltos visibles, aunque cada revisión encierra la posibilidad de un hallazgo que altere el curso del día. En el penal de Varones de Arequipa, la vigilancia permanente marca el ritmo de ingreso de personas y paquetes, bajo procedimientos diseñados para impedir la entrada de objetos prohibidos.
Durante una jornada de visitas, la atención del personal de seguridad se centró en una bolsa con artículos de aseo personal. El control minucioso, aplicado como parte de las normas internas, permitió detectar irregularidades en un envase que, a simple vista, no levantaba sospechas. La escena se desarrolló en la puerta principal, punto clave de filtrado de todo lo que ingresa al recinto.
El episodio se inscribe en un contexto de alertas constantes dentro del sistema penitenciario. Las autoridades buscan reforzar los controles ante intentos reiterados de vulnerar la seguridad, una tarea que involucra tanto a agentes del Instituto Nacional Penitenciario como a otras entidades del Estado.
Hallazgo durante la revisión de paquetes
Agentes de seguridad del penal de Varones Arequipa detectaron droga camuflada en un envase de pasta dental durante la revisión de una bolsa con artículos de higiene. El paquete lo portaba el ciudadano Brai Shanon Quispe Arredondo, quien acudió al establecimiento en el día de ingreso de encomiendas.
La sustancia prohibida se encontraba acondicionada en “5 bolsitas rectangulares de plástico al interior del envase de una conocida marca”, según el reporte institucional. El procedimiento se activó de inmediato tras el hallazgo, con el aislamiento del objeto y la comunicación a las instancias correspondientes.
El paquete tenía como destinatario al interno Andrés Jimy Miranda Terrazas, recluido en el pabellón 1-2 del penal. El registro penitenciario consigna que el recluso cumple condena por el delito de “actos contra el pudor”, información que forma parte de los antecedentes vinculados al caso.
Intervención fiscal y balance de incautaciones
Conforme a los protocolos de seguridad, las autoridades dieron aviso al Ministerio Público y a la División Antidrogas de la Policía Nacional. Ambas entidades acudieron para el levantamiento de actas y la toma de prueba de campo a la sustancia incautada, pasos necesarios dentro de una intervención de esta naturaleza.
El Instituto Nacional Penitenciario informó que, en lo que va del año, el personal frustró el ingreso de “253 celulares, 3,905 gramos de droga” y realizó la intervención de “912 personas”. Estas cifras reflejan la magnitud de los intentos por introducir elementos ilegales en los centros de reclusión.
La institución recordó a los visitantes que el ingreso de objetos o sustancias prohibidas se sanciona con penas que van “desde 2 a 20 años de pena privativa de la libertad, según el Código Penal”. Este mensaje forma parte de una estrategia preventiva dirigida a quienes acuden a los penales.
Para reforzar estas acciones, el presidente del Inpe, Iván Paredes Yataco, impulsa la política institucional denominada “No juegues con tu libertad”, orientada a intensificar la seguridad de las visitas y a disuadir conductas que vulneren el control en los establecimientos penitenciarios del país.
Recordatorio de las normas
El Instituto Nacional Penitenciario (INPE) reiteró que el ingreso de celulares, accesorios y drogas a los establecimientos está terminantemente prohibido. La institución subrayó que quienes intentan vulnerar las normas exponen su libertad con penas severas, además de afectar la seguridad interna de los penales.
“El INPE recuerda que estos actos no solo vulneran la ley, sino que generan un riesgo para la seguridad del establecimiento. La sanción puede alcanzar hasta 20 años de privación de libertad”, indicó la entidad en un comunicado.