¿Cuál es la diferencia entre sarampión y rubéola?

Es importante diferenciar estas enfermedades virales para comprender su gravedad, su forma de contagio y la importancia de la vacunación como la forma más efectiva de prevención

El sarampión es considerado uno de los virus más contagiosos del mundo y puede permanecer en el aire de un espacio cerrado durante varias horas (Composición: Infobae)

Las enfermedades virales que afectan a la infancia, como el sarampión y la rubéola, continúan siendo un desafío para la salud pública. Aunque hoy existen vacunas seguras y eficaces, el Ministerio de Salud (Minsa) señala que cada cierto tiempo se presentan brotes debido a la falta de vacunación o a esquemas incompletos. El Seguro Social de Salud (EsSalud) también advierte que estas enfermedades pueden propagarse con rapidez entre menores no inmunizados y causar complicaciones que afecten su bienestar general.

Debido a que ambas enfermedades comparten ciertos síntomas iniciales, muchas personas suelen confundirlas. Sin embargo, el sarampión y la rubéola tienen características propias y diferenciarlas es importante para comprender su gravedad, su forma de contagio y la importancia de la vacunación como la forma más efectiva de prevención.

El sarampión

El sarampión es una enfermedad viral altamente contagiosa causada por un virus que se transmite por gotas respiratorias cuando una persona infectada tose, estornuda o habla. Es considerado uno de los virus más contagiosos del mundo y puede permanecer en el aire de un espacio cerrado durante varias horas. Por ello, basta un breve contacto en un ambiente compartido para que ocurra el contagio.

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El sarampión suele iniciar con fiebre alta, malestar general, tos seca, congestión nasal y ojos enrojecidos. Un signo característico es la aparición de unas pequeñas manchas blancas dentro de la boca, conocidas como manchas de Koplik. Después de unos días aparece un sarpullido que comienza en el rostro y se extiende hacia el tronco y las extremidades.

La mejor herramienta de prevención es la vacuna triple viral, que protege contra sarampión, rubéola y paperas (Gob.pe)

Aunque muchos casos se resuelven sin complicaciones, el sarampión puede causar otitis, diarrea severa, neumonía e incluso encefalitis. Estas complicaciones son más frecuentes en niños pequeños, personas con desnutrición o sistemas inmunológicos debilitados. Por ello, el Minsa insiste en que la vacunación completa es fundamental para reducir el riesgo de enfermedad grave.

La rubéola

La rubéola, también llamada sarampión alemán, es otra enfermedad viral que se transmite por vía respiratoria y que afecta principalmente a niños. A diferencia del sarampión, la rubéola suele tener una evolución más leve. Muchos niños pueden presentar síntomas tan suaves que pasan desapercibidos.

Los síntomas comunes incluyen fiebre baja, dolor de garganta, inflamación de los ganglios del cuello y detrás de las orejas, malestar general y un sarpullido rosado que se extiende por el cuerpo desde el rostro hacia abajo. Este sarpullido suele ser más tenue que el del sarampión y desaparece en pocos días.

Si bien en niños es generalmente una enfermedad leve, en mujeres embarazadas representa un riesgo importante. La infección durante el embarazo puede provocar el síndrome de rubéola congénita, que puede generar malformaciones, daños en el corazón, sordera o discapacidad intelectual en el bebé. Debido a esta gravedad, EsSalud subraya la importancia de que las mujeres en edad fértil cuenten con la vacuna correspondiente y eviten el contagio.

Diferencia entre el sarampión y la rubéola

El sarampión suele iniciar con fiebre alta, malestar general, tos seca, congestión nasal y ojos enrojecidos (iStock)

Aunque comparten algunas similitudes, el sarampión y la rubéola tienen diferencias importantes en síntomas, gravedad y consecuencias. En cuanto a los síntomas, ambos presentan sarpullido, fiebre y malestar general. Sin embargo, la fiebre del sarampión es más alta y sostenida, mientras que la de la rubéola suele ser leve. El sarampión incluye síntomas adicionales como conjuntivitis intensa y manchas de Koplik, que son exclusivas de esta enfermedad.

La gravedad es otra diferencia clave. El sarampión puede generar complicaciones severas como neumonía o encefalitis, especialmente en niños pequeños. La rubéola, en cambio, raramente causa problemas graves en niños y suele pasar como una infección leve. No obstante, se torna muy peligrosa si afecta a una mujer embarazada debido al riesgo de malformaciones en el feto.

El sarpullido también presenta variaciones. El del sarampión es más intenso, se extiende rápidamente y puede tardar varios días en desaparecer. El de la rubéola es más suave y suele resolverse con mayor rapidez. Otra diferencia importante es el impacto epidemiológico. El sarampión provoca brotes con mayor facilidad debido a su altísimo nivel de contagio. La rubéola también es contagiosa, pero su transmisión es menos agresiva.

En ambos casos, la mejor herramienta de prevención es la vacuna triple viral, que protege contra sarampión, rubéola y paperas. El Minsa y EsSalud recomiendan aplicarla en la infancia y verificar que los adultos tengan sus dosis completas.

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