Durante la reciente emisión de Magaly TV, La Firme, la conductora Magaly Medina no pudo evitar lanzar comentarios sarcásticos sobre Miguel Bayona, expareja de Janet Barboza, tras anunciar que su libro Rosita se había agotado en la Feria del Libro Ricardo Palma.
La conductora hizo énfasis en el anuncio de Bayona, quien celebró en sus redes sociales que los 100 ejemplares de su novela se habían vendido completamente. Sin embargo, Magaly se mostró incrédula y se burló de la cantidad limitada de copias: “100 ejemplares nada más y pone ‘Sold Out’. Creo que hasta la ‘Retoquitos’ y su grupo deben haber celebrado entre ellas. Se aplauden, entre ellas, ¿no?”.
Continuando con su tono sarcástico, la presentadora comentó que un verdadero éxito editorial requiere vender miles de ejemplares. “Si me hubieran dicho 1,000 o 1,500 ejemplares, ya, como hacen la mayoría de autores que realmente tienen lectores. Pero 100 ejemplares... seguramente los compraron sus amigos, su familia, su barrio, y el resto los debe haber regalado”, expresó.
Magaly también señaló que muchas veces los autores deben repartir copias gratuitas a críticos y medios de comunicación, añadiendo que en su caso no recibió ningún ejemplar: “A nosotros no nos llegó nada. ¡Está ‘sold out’!”, agregó entre risas.
Finalmente, Medina lanzó una última burla: “Por lo menos ya no está cargando carteras, ahora está escribiendo. Cien ejemplares... Me muero si alguno de mis libros hubiera vendido solo cien ejemplares, y eso que lo mío, ni siquiera es literatura, son libros de anécdotas personales”.
Miguel Bayona responde a las críticas
Lejos de quedarse callado, Miguel Bayona demostró estar atento a las declaraciones de Magaly Medina y no dudó en responder de manera indirecta a través de sus redes sociales. Compartió un extracto del programa donde la conductora mencionó que no había recibido su libro, acompañado de un mensaje indicando dónde se pueden encontrar sus demás publicaciones.
Además, Bayona publicó un fragmento de su novela Rosita, que dice: “Un buen día, mientras deambulaba por una tienda departamental, una mujer de unos 40 años y de cabello negro azabache se me acercó con una familiaridad inquietante, como si me conociera de toda la vida. Su presencia discreta, pero imponente, me sorprendió de inmediato”.