Vivimos en un mundo interconectado. La globalización no solo nos ha acercado en el terreno social; lo ha hecho sobre todo en el laboral. Desde Tokio hasta Lima encontramos los mismos procesos de producción; hemos universalizado las dinámicas, hemos homogeneizado los métodos. A la par, la tecnología ha sometido a los viejos empresarios: donde antes primó la productividad, la fidelidad con la marca y la solidaridad entre colegas, hoy debemos añadir como ideal de toda empresa el pragmatismo. La corriente avanza fuerte y veloz; quien no se ajusta a sus exigencias está condenado a ser arrastrado por ella.
Esto puede sonar sencillo para los jóvenes, quienes han crecido de la mano de la más sofisticada tecnología y cualquier método que no la involucre les parece desconocido; sin embargo, los adultos pueden encontrarse en situaciones confusas, en las que carecen de un rumbo al cual seguir. Ante ello, la Fundación Romero plantea los desafíos que enfrentan los empresarios mayores de 50 años.
La transformación digital, lejos de espantar a quien no está familiarizado con ella, debe acercarlo, indican. Las oportunidades y facilidades que ofrece son inmensas; es cuestión de saberla utilizar. Además, la edad ya no es un factor limitante para quienes desean comenzar un emprendimiento propio. Todo lo contrario: los beneficios tecnológicos hallan en la experiencia y conocimiento adquiridos con los años su complemento ideal.
Según un informe de Ipsos con relación a la Generación Plateada 2022 (mayores a los 50 años de edad), el 28% de los adultos mayores proyecta iniciar su propio negocio o emprendimiento; el 25% pretende seguir trabajando de manera independiente; y un 6% anhela invertir su capital en un nuevo negocio. En otras palabras, más de la mitad de los mayores de 50 tiene previsto vivir de un emprendimiento.
Estos “visionarios”, como los define la Fundación Romero, están superando las expectativas convencionales con miras a erigir un negocio exitoso. Al respecto, Marite Duarte, consultora especialista en Longevidad y Economía Plateada, reconoció cinco factores fundamentales a la hora de emprender un negocio y cómo abordarlos correctamente.
1. La experiencia es un activo valioso
No hay aplicativo que pueda integrar los conocimientos que da la experiencia humana. La vasta trayectoria profesional, las mañas adquiridas y la sólida red de contactos construida a lo largo de los años son herramientas de sumo valor para aplicar a un emprendimiento. Esto les da una perspectiva amplia, además de la autoridad y la confianza necesarias para liderar un proyecto. A más años, más conocimientos; no los minimice.
2. Hay que desarrollar la mentalidad
No cualquiera posee las características necesarias para conducir su negocio al éxito. Entre otros factores, hay que tener una ambición inquebrantable y una mentalidad emprendedora. ¿Cómo se emprende si no? Por lo tanto, hay que saber perfilar la mente a lo que la empresa requiere: fomentar la creatividad, aprender a gestionar los riesgos, adaptarse al cambio y buscar innovación de ideas de forma permanente, entre otras cuestiones.
3. Cultivar nuevos hábitos y mantener la disciplina es vital
Es fundamental que el emprendedor adopte hábitos que le permitan organizar —o reorganizar— su tiempo para aprovecharlo al máximo.
“Establece rutinas de trabajo efectivas, mantén una mente abierta a nuevas ideas y busca formación continua. Estos son algunos de los hábitos clave que facilitan la tarea de ser emprendedor”, aconsejó Duarte.
Además, la institución recordó que ofrece cursos gratuitos a través del Campus Romero como parte de su programa de Becas Generación Plateada.
4. Emprendedor es aquel que gestiona las capacidades
El emprendedor debe definir límites en la gestión del tiempo, así como en la de los recursos. Para aprovechar oportunidades es recomendable ser muy atento a las cantidades de tiempo y talento que se disponen para los objetivos.
5. No hay que temer a la innovación
Si uno entiende que, al tener mayor cantidad de años que buena parte de su competencia, por tanto, cuenta con más conocimiento y experiencias que le suponen una ventaja considerable por encima de la juventud confusa y presta a los errores, ¿por qué contenerse? El emprendedor debe lanzarse en persecución de su idea con entusiasmo y determinación, adoptando los nuevos recursos que le faciliten el camino, pero sin dejar de lado los años de aprendizaje.
“Mantener una mentalidad emprendedora, permanecer alerta como consumidores para identificar oportunidades donde puedan solucionar problemas, continuar aprendiendo y tener las ganas de innovar son factores fundamentales para que los mayores de 50 años alcancen el éxito en sus nuevos emprendimientos y aporten significativamente al mundo empresarial”, finalizó Duarte.