La Defensoría del Pueblo solicitó este jueves al Seguro Social (EsSalud) agilizar la elaboración y ejecución de un protocolo de eutanasia aislado para Ana Estrada, activista y símbolo del derecho a la muerte digna en Perú.
En febrero pasado, el Poder Judicial ordenó respetar la decisión de “ponerle fin a su vida” a través de este procedimiento médico en una sentencia en la que estableció, además, la conformación de dos comisiones.
De igual modo, el fallo fijó que EsSalud debe “brindar todas las condiciones administrativas, prestacionales y sanitarias para el ejercicio del derecho” de la psicóloga, “lo que deberá ejecutarse dentro de los diez días hábiles contados a partir del momento o fecha en que ella manifieste su voluntad de poner fin a su vida”.
“Recordamos que el derecho a una muerte digna de Ana Estrada depende de la colaboración de EsSalud, que tiene obligación de conformar dos comisiones [...], según el cronograma fijado en la sentencia. Esperamos la pronta ejecución y entrega de estos documentos”, señaló el organismo en un comunicado difundido en Twitter.
“Esta demora le resta seriedad y cuidado a un tema tan complejo. No solo se trata de mí, sino de la dimensión y el avance en la conquista de un derecho fundamental”, demandó en un mensaje por la misma red social.
La abogada Josefina Miró Quesada, quien integró el equipo legal del caso en la Defensoría, especificó que las comisiones se debían crear en siete días. “Demoró más de un mes” en esteblecer la primera, que realizaría el protocolo. “Y hasta ahora no cumple lo segundo [sobre la práctica de la eutanasia]”, especificó la letrada.
Con su caso, Perú devino en el segundo país a nivel latinoamericano en reconocer judicialmente el derecho a morir dignamente y autorizar la eutanasia para garantizarlo, al igual que Colombia en 1997.
“Ya gané”
Estrada contrajo coronavirus en diciembre del año pasado y se quedó sin voz, sin “pequeños paseos” y sin “visitas de gente querida”, según la última entrada publicada en el blog que inició en 2019.
La activista contó, además, que volvió a comunicarse con su psiquiatra, a leer a Emmanuel Carrère, y que se rapó “para aligerar la cabeza”.
Su línea final es una celebración al camino incansable que libró a lo largo de estos años: “Pase lo que pase, ya ganamos. Llegamos bastante lejos, más de lo esperado. Ya gané”.