Lecciones del Holocausto nazi que pueden servir de guía a un mundo en crisis

Las imágenes de madres embarazadas atacadas por la artillería rusa, de fosas comunes de civiles y los niños pequeños huyendo para salvar sus vidas, evocan aquéllas de la Segunda Guerra Mundial

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Prisioneros del campo de concentración Dachau
Prisioneros del campo de concentración Dachau

Yom HaShoah de este año, Día de la Recordación del Holocausto, se celebró ayer.  En Israel, una ululante sirena hizo que todo y todos se quedaran en silencio en todo el país.   El tráfico se detuvo cuando la gente recordó a sus seres queridos y reflexionó sobre el  pesado mantra del “Nunca Más”.

Judíos de todo el mundo, liderados por los pocos envejecidos sobrevivientes del Genocidio Nazi, lloraron a sus comunidades destruidas y cantaron el Kaddish por sus familias, asesinadas junto con otros 6 millones de judíos europeos sistemáticamente deshumanizados, famélicos, obligados a trabajar hasta la muerte, baleados y gaseados.

Las conmemoraciones de Yom HaShoah de este año atrajeron una mayor atención alrededor de todo el mundo, en gran parte debido a las imágenes que llenaron nuestras pantallas de televisión y sobrecargaron las plataformas de redes sociales, emanando desde la horrorosa y no provocada invasión de Ucrania por parte del ejército ruso de Vladimir Putin.

Las imágenes de madres embarazadas atacadas por la artillería rusa, de fosas comunes de civiles, de madres aturdidas y niños pequeños huyendo para salvar sus vidas, evocan aquéllas de la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto Nazi.

En 2022, hay una creciente comprensión acerca de que es hora de que las generaciones del siglo XXI reconozcan dos lecciones incómodas y en su mayoría olvidadas  de la Shoah:

1. El mal existe.

2. Cerrar los ojos y negarse a enfrentar el mal es solo una invitación para que los malvados profundicen en su baúl sin fondo de horrores.

Para ser claros, la invasión de Putin no es Shoah II.  No hay guetos, ni campos de concentración, ni cámaras de gas.

Esta debacle comenzó como una brutal apropiación del territorio de un vecino más pequeño por parte de Rusia.

A partir de 1939, Hitler utilizó el advenimiento de la Segunda Guerra Mundial para lanzar su guerra contra el pueblo judío.  Mientras el ejército del Führer barría Europa, los millones de judíos que se encontraban en su camino no controlaban ningún territorio, no tenían ejército, no representaban ninguna amenaza. Eran simples ciudadanos de países capturados por los alemanes. A la conquista y victoria militar alemana siguió rápidamente toda una infraestructura destinada al genocidio.

Los escuadrones de la muerte en territorios capturados a la antigua Unión Soviética, ejecutaron a cientos de miles de judíos.  En todas partes, hubo redadas de judíos, trabajos forzados, guetos, hambrunas sistemáticas y enfermedades incontrolables. Luego, después de una decisión tomada en la Conferencia de Wannsee de enero de 1942, el saber hacer (know-how) alemán introdujo el asesinato industrializado y masivo por gaseamiento.  Millones perecieron en campos de exterminio.  Y en todas partes, desde la culta Francia en el Oeste hasta Ucrania y Lituania en el Este, la Solución Final de la Cuestión Judía del Tercer Reich Alemán fue instigada y apresurada por dispuestos colaboradores en todos los rincones del continente.

Pero en otros sentidos, la invasión de Putin y las tácticas de su ejército evocan recuerdos de los Nazis, específicamente de su guerra relámpago (Blitzkrieg).  Si bien la “guerra relámpago” de Rusia en Ucrania resultó ser todo lo contrario, no es necesario ser un experto para saber que el mundo es testigo a diario de horribles crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad en Ucrania.

Vladimir Putin
Vladimir Putin

Aquí hay 7 lecciones relevantes de la Shoah para aplicar la realidad actual:

1. El camino a Auschwitz estuvo pavimentado con palabras.  Las palabras tienen consecuencias.  Veinte años antes de que lanzara la Segunda Guerra Mundial, a Hitler -entonces un soldado a punto de ser enviado a casa después de la derrota de Alemania en la Primera Guerra Mundial-,  se le pidió que escribiera un informe sobre los judíos.  En él, escribió, “el objetivo final, sin embargo, debe ser la intransigente eliminación de los judíos en su conjunto”.   Un mundo que, incluidos los judíos, simplemente no tomaría en serio las palabras de Hitler o de Mein Kampf (Mi Lucha), seis años después. Como señaló el cazador de nazis Simon Wiesenthal: “Nuestra primera reacción a Hitler fueron las bromas judías. Cuando comprendimos que la amenaza era real, ya era demasiado tarde”.

2. Satisfacer el ego de un tirano solo alimenta a la bestia. Los Juegos Olímpicos de Berlín de 1936 ofrecieron lo único que no podía intimidar o amenazar con obtener: legitimidad internacional.  A pesar de sus racistas y draconianas leyes y acciones antijudías, el mundo se mostró en gran parte dentro de sus términos.  Hitler tuvo sus Juegos y su gloria. Los Juegos Olímpicos de 1940 nunca tuvieron lugar.  Alemania inició la Segunda Guerra Mundial, invadiendo Polonia en septiembre de 1939.

3. La apatía proporciona oxígeno a los malvados.  En julio de 1938, las naciones del mundo convocaron la Conferencia de Evian para buscar la manera de que cientos de miles de judíos alemanes y austríacos encontraran refugio en otros países.  ¿El resultado?  Excusas, no acciones.   Hitler tomó esto como una señal para que tratara a los judíos como mejor le pareciera.   Su destino estaba sellado.

4. La quema de Casas de Culto presagia un mal mayor.  El 9 y 10 de noviembre, la mayoría de las sinagogas en Alemania y Austria fueron quemadas hasta los cimientos en un pogromo organizado que marcó el fin de la vida pública judía. Poco después, la extinción de vidas judías  por parte de los nazis comenzaría en serio.

5. Nunca confunda el rango académico con la ética o la moral.  El 20 de enero de 1942, 15 altos funcionarios alemanes - 8 con Doctorados-, convocaron la Conferencia de Wannsee.  En 90 minutos, mientras los 15 bebían -incluidos todos los Doctores-, votaron a favor de asesinar a los judíos de Europa de la forma más económica y eficiente posible.

6. La esperanza puede sobrevivir a las heroicas víctimas de la tiranía. Hace setenta y nueve años, en la primera noche de Pesaj (Pascua Judía), quienes aún quedaban en el Gueto de Varsovia se levantaron contra sus opresores Nazis. La mayoría de los judíos perecerían.  Pero aquellos héroes judíos, los partisanos combatientes en los bosques, en otros guetos, e incluso en los campos de exterminio de Sobibor y Birkenau, demostraron que los judíos -aún aquellos que se enfrentaban a una muerte inminente-, se defendieron entrelazándose para siempre al destino judío.

7. La Justicia sigue siendo importante. Tan pronto como fue liberado por los soldados estadounidenses en el campo de concentración de Mauthausen, Simon Wiesenthal se convirtió en Cazador de Nazis con un único objetivo: restaurar el concepto de Justicia llevando a juicio a los perpetradores genocidas. Los juicios enviarían una advertencia a futuros criminales de que, llegado el momento, ellos también serían responsables.

En 1980, el difunto superviviente heroico del Holocausto y Cazador de Nazis, Simon Wiesenthal, pronunció una serie de conferencias en el Medio Oeste norteamericano.  En cada localidad se le preguntó -siempre por intermedio de una persona más joven-: “¿Podría el Holocausto volver a ocurrir?”

Su respuesta fue:

Cuando una sociedad combina el odio, más una crisis, más tecnología, todo es posible... Si los  Nazis hubieran tenido la tecnología [décadas antes de los teléfonos móviles y las redes sociales], si éstas  hubieran existido allá por 1492, ningún judío habría sobrevivido en España, ningún católico en Inglaterra, ningún protestante en Francia”.

Unos años más tarde, el dictador iraquí Saddam Hussein, gaseó a 5.000 kurdos, sus propios ciudadanos y compañeros musulmanes.  La reacción del mundo fue tibia e indiferente.  Dijo el Sr. Wiesenthal: “La Humanidad ya debería haber aprendido que los tiranos interpretan el silencio del mundo como una garantía para ir aún por más…”.

Imagínese lo diferente que sería el mundo de hoy si Saddam hubiera sido entonces juzgado.  Imagínese cuán diferente será el mañana si los perpetradores de las masivas atrocidades de hoy realmente rindieran cuentas, o no.

(Traducción Centro Simon Wiesenthal Latinoamérica)