El trabajo remoto, una herramienta valiosa frente a la pandemia

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Varias empresas ya implementaron el home office por prevención (Foto: Pixabay)

Nos sorprendemos al incorporar en nuestro diálogo habitual un término que nos era ajeno (a menos que nos dedicáramos a temas de salud). Hablar hoy de pandemia es casi como decir lo loco que está el tiempo. ¿Sabemos qué significa realmente? Mientras que una epidemia implica la propagación de una enfermedad en un país y durante un tiempo determinado, una pandemia es la afectación de una enfermedad a lo largo de extensas áreas geográficas. El vocablo procede del griego πανδημία, expresión que significa reunión de todo un pueblo. Hoy estamos frente a una pandemia de la que desconocemos el tiempo y consecuencias que traerá. Usar los medios con los que contamos para cuidarnos y cuidar a nuestro entorno implica un desafío colectivo cuando de la actividad laboral se trata.

La evolución tecnológica nos facilitó las herramientas para generar nuevas dinámicas de trabajo. Las organizaciones se vieron munidas de una batería de opciones para que sus equipos se encuentren conectados más allá de la presencia física. Debido a ello, pudieron incorporar métodos basados en la flexibilidad, el planteo de tareas por resultado y la optimización de gastos. El trabajo remoto -para el que sólo son necesarias una computadora y buena conexión a internet- estableció nuevos parámetros valorados tanto por las empresas como por sus empleados. En el primer caso, por la reducción de los costos de espacio y gastos en servicios para sus equipos, y en el segundo, por la disponibilidad de una mayor libertad horaria y la posibilidad de una adecuación de la realización de las tareas a sus dinámicas familiares.

Hoy, que nos encontramos en presencia de una pandemia -el coronavirus- cuya principal recomendación médica es disminuir el contacto físico, el home office, para las tareas en las cuales es posible aplicarlo, aparece como una respuesta adecuada para no retrasar el trabajo mientras la ciencia busca soluciones definitivas al problema.

En nuestro país, ya es obligatorio el aislamiento para aquellos que vuelven del exterior y la prohibición de actividades recreativas multitudinarias. De continuar la situación, podría hacerse extensivo a las actividades vinculadas al estudio, trabajo y producción en el que habitualmente se comparte el espacio con otras personas.

Varias compañías ya se encuentran en proceso de su implementación. Recientemente, una importante cadena de supermercados decidió que su equipo administrativo -con sede en el barrio de Palermo- realice home office luego de conocer que uno de sus empleados contrajo la enfermedad.

Si bien durante los últimos tiempos habían aparecido ciertos cuestionamientos con respecto a la real productividad que implica el trabajo remoto, lo cierto es que no sólo mejora la calidad de vida del empleado sino que –utilizado correctamente– aumenta su rendimiento.

Es fundamental comprender que el home office requiere de ciertas pautas para que sea funcional tanto para la empresa como para el trabajador.

En principio, es necesario que el empleado continúe su rutina y active el despertador; se levante; se bañe y se cambie como si fuera a salir. Una vez que está listo ya no tendrá la tentación de acostarse nuevamente y dedicará el tiempo que corresponde a sus tareas.

El ambiente debe ser el adecuado para evitar distracciones; es decir, no encender el televisor, la radio o cualquier elemento de distracción, y buscar un espacio cómodo y silencioso para concentrarse.

Los encuentros virtuales, mediante videollamadas, con miembros de los equipos (proveedores o clientes) deben tener el mismo tratamiento que las reuniones presenciales.

Afortunadamente las nuevas tecnologías nos brindan oportunidades que parecían imposibles hace algunos años. Hoy nos podemos reunir a través una computadora con internet con personas en cualquier parte del mundo; podemos realizar o participar de capacitaciones vía webinar, talleres de actualización, y cualquier otra propuesta en la que la interacción sea necesaria, sin movernos de donde nos encontremos.

Desmitifiquemos que el home office sea la posibilidad de trabajar menos y tener más tiempo de ocio; por el contrario, tomado con responsabilidad, uno de los riesgos es no aprender a manejar los tiempos y estar conectados con lo laboral durante más tiempo del necesario. Por otra parte, el trabajo remoto o teletrabajo es la oportunidad de dar una respuesta efectiva a un problema que sorprendió al mundo entero.

Las autoras son periodistas, miembros de Equipo Bulat