Inflación: por qué la Argentina está en el podio a nivel mundial

Según un estudio privado, el 38,7% de los entrevistados sostiene que la inflación es el principal problema de las familias argentinas y más del 41% expresa que apenas llega a fin de mes

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El traslado a precios de la devaluación duplicará el índice de inflación el mes próximo (Shutterstock)
El traslado a precios de la devaluación duplicará el índice de inflación el mes próximo (Shutterstock)

“No creo que sea una exageración decir que la historia es en gran medida una historia de inflación, por lo general inflaciones diseñadas por los gobiernos para el beneficio de los gobiernos”. Estas palabras del economista austriaco Friedrich Hayek coincide también con la despedida de la gestión Macri recurriendo una vez más un gobierno a financiar su déficit con el famoso “impuesto inflacionario” basado en emisión monetaria y rezago de incremento de precios futuro en un contexto donde la pérdida del poder adquisitivo fue del 11 por ciento.

Según una encuesta reciente de Duban Córdoba–Focus Market, el 38,7% de los entrevistados sostiene que la inflación es el principal problema de las familias argentinas. Por su parte, el 41,4 % expresa que apenas llega a fin de mes, 19,5% vive endeudad, 17,8% ha tenido que usar ahorros; y sólo ha podido ahorrar algo el 15,7%. Sólo se puede ahorrar en contexto inflacionario las personas que en la década de los 90 pagaban por su corte de pelo $5 y hoy, 20 años después, lo pagarían entre $400 y $500, pero están ahorrando por que se han vuelto calvos.

En el ranking de 189 países que monitorea el FMI, en el primer puesto con el nivel más alto del mundo del Indice de Precios al Consumidor se encuentra Venezuela. Segundo es Zimbabwe, con 182,9% y Argentina cierra el top 3 con un nivel que terminaría en un 56-57% en 2019.

Nicolás Dujovne, ex ministro de Hacienda (NA: DANIEL VIDES)
Nicolás Dujovne, ex ministro de Hacienda (NA: DANIEL VIDES)

En el caso del podio del ranking, Simón Alejandro Zerpa Delgado, ministro del Poder Popular para la Economía, Finanzas y Banca Pública de la República Bolivariana de Venezuela, expresó en mayo pasado que “con el bloqueo de Venezuela se ve que el terrorismo del imperio norteamericano no tiene límites, con la agresión a la economía nacional arremeten también contra el pueblo trabajador y digno. La barbarie no se impondrá, nuestra respuesta es la paz”. Es decir, desde su mirada, la culpa de la caída del PBI del 35% en su país y la hiperinflación la tendría EEUU.

Mthuli Ncube, ministro de finanzas y desarrollo económico de Zimbabwe, defendió el mes pasado su decisión de bloquear la publicación de las cifras anuales de inflación argumentando en documentos judiciales que “no se pueden comparar manzanas y naranjas”. El culpable es el dato no la gestión sobre el dato.

En nuestro caso, no sólo subestimamos la inflación sino que intentamos solucionarla en el discurso antes de ocuparnos de ella en la gestión alcanzando un nuevo récord sobre el incremento más alto del IPC (Indice de Precios al Consumidor) desde 1991. La última etapa de la subestimación comenzó en 2015 cuando Mauricio Macri dijo antes de ser presidente: “la inflación es la demostración de tu incapacidad para gobernar. En mi presidencia la inflación no va a ser un tema, no va a ser un desafío”. El desafío se convirtió en un problema atroz y fue uno de los mayores inconvenientes a lo largo de toda su gestión.

Federico Sturzenegger, ex presidente del Banco Central
Federico Sturzenegger, ex presidente del Banco Central

En julio de este año, Nicolás Dujovne, entonces ministro de Hacienda, expresó que íbamos hacia un proceso de desinflación. “Es decir, que no es en base a factores transitorios o puntuales, sino que hay un proceso sólido de desinflación y en el mes de julio vamos a volver a ver una baja, aunque reconociendo que estamos en niveles muy altos”, dijo. Un mes después reconoció otra vez un “choque” de frente con la nueva devaluación del peso y el famoso pass through (traslado a precios de los bienes y servicios posterior a la devaluación). Alfonso Prat Gay estimaba una inflación para este año del 5% (multiplicamos por 11 a esa frustrada proyección). Federico Sturzenegger, en tanto, cuando era presidente del Banco Central, estuvo atado a las distorsiones fiscales de turno, al gradualismo, el aumento sin previo aviso de tarifas de servicios públicos, la caída de la demanda del dinero y la presión sobre el tipo de cambio, entre otras cosas que lo llevaron a no poder cumplir con sus objetivos de inflation targeting (metas de inflación).

Nuevo equipo

Alberto Fernández con su nuevo equipo económico tiene como prioridad número uno solucionar el tema de la deuda. Sin embargo, la inflación debería estar en forma paralela dentro de las ocupaciones prioritarias. La tarea no es menor: lo que es prioridad para los argentinos encuentra que la forma de cerrar la brecha fiscal por parte de Martín Guzmán, nuevo ministro de economía, será vía emisión monetaria y suba de impuestos.

El escritor Eduardo Galeano decía “Menos es siempre más. El mejor lenguaje es el silencio. Vivimos en una época de una terrible inflación de palabras, y es peor que la inflación del dinero”. Lo decía por qué era uruguayo y por qué su país tiene inflación de un dígito desde 2004. Argentina tiene inflación de precios e inflación de palabras para solucionar la inflación de precios hace 70 años.

Martín Guzmán, ministro de Economía (Juan MABROMATA / AFP)
Martín Guzmán, ministro de Economía (Juan MABROMATA / AFP)

Miguel Pesce, nuevo presidente del Banco Central tendrá como objetivo bajar la inflación asistiendo al Tesoro en forma paralela con emisión monetaria. Como autoridad monetaria comienza su función con varios goles en contra con la exigencia del técnico del equipo de asistirlo para cubrir el déficit fiscal una vez más con los conocidos “adelantos transitorios” que Argentina por exceso de confianza en la vulnerabilidad de los déficit fiscales y márgenes de emisión terminan en procesos inflacionarios permanentes. La herencia es una tasa de interés de 63%, control de cambios, derrumbe de la demanda del dinero e inflación del 56-57 por ciento. Su visión es “heterodoxa” tendrá la intención de bajar tasa para activar la economía y mantener diálogo con la cartera económica ya que cree que la política monetaria debe estar al servicio de la política económica y fiscal.

En definitiva, somos top 3 mundial de inflación por qué pusimos en práctica las recetas que siguen el puesto 1 y 2 en los últimos 70 años. La culpa la tienen los de afuera o los formadores de precios, el problema es que el dato de inflación está mal medido entonces lo manipulamos y en el medio le sumamos permanentes episodios de déficit fiscal, emisión monetaria sin respaldo, pérdida de valor del peso argentino, presión sobre el tipo de cambio, endeudamiento externo, tasas reales negativas, restricción externa y nueva crisis de deuda recurrentes permaneciendo en el top 10 de inflación mundial en los últimos 12 años.

Miguel Pesce, presidente del Banco Central
Miguel Pesce, presidente del Banco Central

La primera panacea para una nación mal administrada es la inflación de la moneda; el segundo es la guerra. Ambos traen una prosperidad temporal; ambos traen una ruina permanente. Pero ambos son el refugio de oportunistas políticos y económicos”. Eso dijo el escritor y periodista norteamericano Ernest Hemingway en su país que pasó por inflación y guerras. Han solucionado la primera hace 40 años y continua hoy con la segunda por otras vías. Argentina ya ha pasado por guerra e inflación permanente sin reparo sobre el 40% de pobreza que está dejando en el camino.

Con un cepo hard por un largo tiempo el único tipo de cambio que conocen los argentinos es cuantos pesos tienen en el bolsillo y cuantos bienes y servicios pueden comprar con esos pesos.

El autor es director de Focus Market