Cómo hacer pasta Alfredo con pollo y brócoli

En el panorama de la cocina saludable, a menudo considerada predecible o carente de emoción, surge una receta que rompe con los estereotipos: las pastas Alfredo con pollo y brócoli. Este platillo combina simplicidad, sabor y valor nutricional en una propuesta que demuestra que comer bien no significa renunciar al placer gastronómico.

Con ingredientes accesibles que puedes encontrar en cualquier supermercado y un proceso de preparación sencillo, esta receta es la prueba de que lo nutritivo también puede ser delicioso. El brócoli, protagonista de esta preparación, se une a la cremosa salsa Alfredo en un equilibrio perfecto entre lo saludable y lo reconfortante.

Más que una receta, las pastas son una invitación a redescubrir la cocina como un acto creativo y placentero. Desde el momento de seleccionar los ingredientes hasta el disfrute del resultado final, esta experiencia culinaria demuestra que comer sano no es sinónimo de sacrificio, sino de explorar nuevas formas de disfrutar la comida.

Creada como parte del proyecto “My Plate” del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, esta propuesta destaca por transformar ingredientes cotidianos en una combinación deliciosa y equilibrada. Perfecta para cualquier ocasión, esta receta no solo refuerza la idea de que lo saludable puede ser irresistible, sino que también invita a adoptar un estilo de vida más pleno y consciente.

Este platillo se distingue por el uso de pasta integral, que aporta fibra y nutrientes esenciales, además de queso parmesano descremado, una opción más ligera que mantiene todo el sabor característico del plato. Con esta receta, podrás preparar cinco porciones perfectamente equilibradas, ideales para compartir en familia o para planificar comidas saludables durante la semana.

4 tazas de brócoli cocido

4 tazas de pasta integral cocida

2 1/8 tazas de leche al 1% (o descremada)

1 cucharadita de albahaca deshidratada

1/2 cucharadita de ajo en polvo

1 taza de queso parmesano (bajo en grasa)

2 cucharadas de fécula de maíz (maicena)

pimienta negra (al gusto, opcional)

• Preparación de la salsa: en una cacerola mediana, calienta la leche a fuego medio. Mientras se calienta, incorpora la albahaca y el ajo en polvo, removiendo suavemente para integrar los sabores.
• Añade el queso: una vez que la leche esté caliente, agrega el queso parmesano descremado y sigue mezclando hasta que se derrita por completo, creando una base cremosa.
• Espesar la salsa: en un recipiente aparte, disuelve la fécula de maíz (maicena) en 2 o 3 cucharadas de leche fría, asegurándote de que no queden grumos. Vierte la mezcla en la cacerola con la leche caliente, revolviendo constantemente para evitar que se formen grumos. Cocina a fuego medio hasta que la salsa alcance una consistencia espesa y uniforme.
• Montaje del platillo: cuando la salsa esté lista, viértela sobre la pasta integral previamente cocida y el brócoli cocido al vapor. Mezcla bien para cubrir todos los ingredientes con la salsa cremosa.
• Presentación final: sirve y decora con un poco de albahaca fresca si lo deseas.

Este platillo ofrece un balance adecuado con un aporte calórico de 368 por porción. Su contenido de grasa total es de 10 gramos, de los cuales 5 gramos corresponden a grasas saturadas. Además, contiene 74 mg de colesterol y 184 mg de sodio, lo que lo convierte en una opción moderada en estos componentes, ideal para quienes buscan cuidar su alimentación sin sacrificar el gusto.

En términos de carbohidratos, aporta 37 gramos por porción, incluyendo 2 gramos de fibra dietética y solo 3 gramos de azúcares naturales, sin azúcares añadidos. Por otro lado, su contenido proteico es notable, con 31 gramos por porción, lo que lo hace un platillo ideal para quienes necesitan un mayor aporte de proteínas en su dieta diaria. Este balance lo convierte en una opción nutritiva y deliciosa para toda la familia.