Se publicó el 6 de diciembre en REUTERS, y fue comentado en el portal médico Medscape (1), el análisis de una prepublicación (2): La variante Ómicron puede haber tomado una parte del virus del resfrío común. Esto puede ser una de las noticias más importantes de la pandemia.
El 2 de diciembre se dio a conocer en el sitio de prepublicación OSF (a la espera de revisión por pares) el resultado de una investigación realizada por un grupo de profesionales de Estados Unidos, India y Canadá. La variante Ómicron del SARS-CoV-2 alberga una inserción única de una mutación de origen genómico humano o viral putativo. Los investigadores compararon el genoma de Ómicron con 5.4 millones de genomas del SARS-CoV-2, incluyendo las variantes de preocupación (Alfa, Beta, Gamma, Delta), las variantes de interés (Lambda, Mu, Eta, Iota, Kappa) y todos los linajes del SARS-CoV-2 conocidos.
Se detectó en la proteína S de Ómicron, una mutación muy particular, la inserción de un aminoácido, que no está presente en ningún otro SARS-CoV-2 conocido hasta el momento.
La proteína S o de pico es la que usa el virus del Covid-19, para unirse a las células humanas, e infectarlas. Los aminoácidos son los “bloques” que se unen para formar las proteínas.
La inserción 214EPE podría haberse adquirido a partir de una secuencia de nucleótidos “prestada” de otro virus en replicación, distinto al SARS-CoV-2, en un mismo individuo infectado. Este virus puede ser el HCoV-229E (“H” de humano, “CoV” de coronavirus), uno de los coronavirus estacionales, que causa nada más ni nada menos el resfrío común que afecta a gran parte de la población año tras año. Esta secuencia de nucleótidos está también incorporada al genoma humano, por lo cual también pudo haber sido adquirida de ahí. Además, está presente en el virus del HIV, que causa el SIDA.
Esto convierte a Omicrón en un virus más conocido y familiar para el sistema inmune del enfermo. Este virus “más humano”, gracias a una mayor capacidad de evasión de la respuesta inmunológica, genera menos enfermedad, con menor mortalidad. Logra así una mayor diseminación y supervivencia. Esto es una ventaja evolutiva para el virus.
Los virus menos adaptados, como por ejemplo el Ébola, que matan rápidamente al huésped, logran una menor capacidad de diseminación y de supervivencia, ya que el virus “muere” con el paciente.
Una respuesta inmune más adaptada, también puede justificar una menor “tormenta de citoquinas”, que es una forma de respuesta inflamatoria exagerada, responsable de gran parte del daño en el Covid-19.
Quizás esta sea la clave de porque Ómicron se disemina más rápido, como el resfrío común, y genera una enfermedad más leve, comparada con la variante dominante hasta su irrupción, Delta. Ómicron parecería generar síntomas más compatibles con cuadros virales conocidos previos al Covid-19, y menos neumonía viral, según distintos reportes de casos e informes que van surgiendo (3).
Sudáfrica, donde se identificó por primera vez Ómicron, tiene la tasa de HIV más alta del mundo. Esta una enfermedad que debilita al sistema inmune y aumenta la vulnerabilidad de una persona a las infecciones. Un huésped inmunocomprometido es ideal para que un virus se replique durante más tiempo, con un control menos eficiente, y mute. Si a esto le sumamos una baja tasa de vacunación, están todos los elementos para que surja una nueva variante viral.
El SARS-CoV-2 y el virus del resfrío común, HCoV-229E, pueden infectar las células del aparato respiratorio y del tracto gastrointestinal. Quizás, en las células de un individuo inmunocomprometido (por ejemplo por HIV), con una infección por el virus del resfrío común y por el SARS-CoV-2 en simultáneo, se generó la recombinación genética que llevo a la adquisición de este gen por parte de Ómicron.
Un virus que genere un cuadro clínico parecido a un “resfrío común”, en lugar de una neumonía viral, mucho más grave, puede ser una buena noticia para actual crisis sanitaria. Una variante de rápida diseminación, y una aparentemente baja virulencia que desplace a Delta, hasta el momento más mortal, podría aliviar la carga sobre el sistema de salud.
De todos modos, debemos aguardar nuevos informes y estudios para definir con más precisión cuál es el verdadero impacto de la enfermedad por Ómicron, conocer mejor su virulencia, y saber qué significan estas mutaciones para el curso de la pandemia.
(1). https://www.medscape.com/viewarticle/964165
(2). https://doi.org/10.31219/osf.io/f7txy
(3).https://infomed.com.ar/enfermos-de-gravedad-en-omicron-algo-no-tan-grave/
Ramiro Heredia. Médico especialista en medicina interna. MN 117.882. Editor del Portal www.infomed.com.ar