Bhanwarlal Doshi, un empresario que desarrolló el comercio de plásticos valorado en US$600 millones por la revista Forbes, fue recibido como monje del jainismo, una de las religiones más estrictas de Asia.
El jainismo no solo exige la renuncia de bienes materiales, sino que también profesa una absoluta no violencia que incluye no hacerle daño a los insectos, inclusive microbios.
De tener esposa pasará a ser célibe, de estar vestido de lujo ahora escasamente tendrá una túnica y caminará descalzo, el ajetreo social dará paso a la introspección y meditación y casi toda su gran fortuna será donada para obras de esa fe.
Bhanwarlal Doshi llevaba décadas considerando el abandono de su riqueza y la entrega a la espiritualidad.
Discutió sus planes con su familia que, al comienzo, rechazó la idea. Él quería recibir la diksha o ceremonia de consagración hacía tres años, pero no se lo permitieron.
Le tomó todo ese tiempo para convencerlos pero, al final, fue iniciado como monje de esa fe en una ceremonia de tres días, en la ciudad de Ahmedabad en el occidente de India.
"Estamos orgullosos de él. El honor y respeto que recibió cuando anunció su decisión es algo que hay que ver para creer", comentó su hijo Rohit al diario Ahmedabad Mirror, en India.