Justo a tiempo para el Día de Muertos, un nuevo símbolo gastronómico ha florecido en la capital. Se trata de la Conchasúchil, una creación del joven panadero Jonathan Barrera, fundador de Bestcake CDMX, quien decidió unir la tradición del pan de muerto con la estética y el significado de la flor de cempasúchil.
“Me gusta decir que la concha no se queda ni se destruye… solo se transforma”, explica Jonathan con una sonrisa.
La frase resume su filosofía como creador: reinventar lo tradicional sin perder su esencia. Así, este innovador pan combina la textura esponjosa y aromática del pan de muerto con la forma y el color intenso del cempasúchil, la flor que guía a los difuntos en su camino hacia el Mictlán.
Barrera, conocido por sus “conchas dinámicas”, piezas de pan inspiradas en deidades mexicas y símbolos ancestrales, buscó rendir homenaje a las raíces culturales que dan sentido a la temporada de muertos.
“Cuando se acercó la temporada, quise rendir homenaje al Mictlán y a la flor de cempasúchil, símbolo esencial de esta festividad”, comentó en entrevista para Canal Once.
Cada Conchasúchil está elaborada con masa de pan de muerto, perfumada con azahar y ralladura de naranja, y moldeada cuidadosamente para imitar los pétalos de la flor sagrada. El resultado visual es tan llamativo como su sabor: un pan que parece recién salido de un altar.
Pero más allá del aspecto estético, esta creación busca rescatar la identidad mexicana a través del pan, uno de los elementos más arraigados en la cultura popular.
En plataformas como TikTok, Instagram y Facebook, decenas de usuarios han compartido videos y fotografías de la Conchasúchil, en donde han destacado tanto su belleza como su sabor.
Comentarios como “parece una flor viva” o “honra nuestras tradiciones desde la panadería” abundan entre los elogios al trabajo de Barrera, quien se ha consolidado como uno de los panaderos jóvenes más creativos de la Ciudad de México.
La Conchasúchil no solo es una fusión entre panadería y arte, sino también un acto de memoria colectiva. En palabras de su creador, “este pan celebra la memoria, el amor y la creatividad mexicana. A veces, el pan más vivo nace del recuerdo de los muertos”.
Con su propuesta, Jonathan Barrera demuestra que la innovación también puede ser un homenaje a la tradición. En cada pétalo, color y aroma de la Conchasúchil, late la idea de que las costumbres mexicanas no se pierden ni se destruyen, solo se transforman… igual que la concha que ahora florece cada Día de Muertos.