Las yemas de huevo curadas en sal y azúcar son una técnica culinaria que transforma un ingrediente común en una auténtica joya de sabor y textura. A través de un sencillo proceso de deshidratación por curado, éstas se convierten en un producto firme, concentrado en umami y ligeramente mantecoso, ideal para rallar sobre platos dulces o salados.
Aunque este tipo de preparación puede encontrarse en algunos restaurantes o tiendas gourmet, hacer yemas curadas en casa es sorprendentemente fácil. Solo necesitas dos ingredientes básicos, unos cuantos días de paciencia y huevos frescos de buena calidad. Además de ser una forma económica y personalizable de conservar las yemas, este método permite ajustar el nivel de curado a tu gusto, lo que da como resultado un producto versátil y delicioso.
Desde el punto de vista científico, el proceso de curado implica un fenómeno llamado ósmosis inversa, en el cual la mezcla de sal y azúcar extrae gradualmente la humedad de la yema. Según explica la revista Investigación Alimentaria Internacional, esta técnica, utilizada tradicionalmente para conservar alimentos como carnes y pescados, inhibe el crecimiento de microorganismos y protege las grasas y proteínas de la oxidación. A medida que la humedad se retira, la grasa y el sabor se concentran, y la yema se solidifica desde el exterior hacia el centro.
En muchos casos, una vez curadas, las yemas se secan o se hornean para mejorar aún más su textura y seguridad alimentaria. Hoy en día, esta técnica se ha popularizado en cocinas profesionales y domésticas por igual, gracias a su capacidad para añadir profundidad, complejidad y un toque gourmet a cualquier plato, desde pastas y ensaladas hasta sopas, arroces o incluso carnes.
Cómo hacer yemas de huevo curadas paso a paso
Este método simple fue compartido por la cuenta de Instagram @consejosyremedios, un perfil dedicado a ofrecer recetas prácticas y soluciones accesibles enfocadas en el bienestar y la vida saludable.
Ingredientes:
- Yemas de huevo (la cantidad que desees)
- Sal gruesa (50%)
- Azúcar granulada (50%)
Por ejemplo, para una taza de mezcla, usa ½ taza de sal + ½ taza de azúcar.
Procedimiento:
- Mezcla bien la sal y el azúcar en partes iguales.
- Vierte una capa de unos dos o tres centímetros de esta mezcla en un recipiente plano y coloca sobre ella las yemas, procurando que no se toquen entre sí.
- Cubre suavemente las yemas con el resto de la mezcla, asegurándote de que queden completamente enterradas.
- Refrigera por un mínimo de 24 horas, aunque de tres a cinco días es ideal para una yema firme, rallable y sabrosa. Cuanto más tiempo, más seca y concentrada quedará.
- Enjuágalas brevemente bajo agua fría o límpialas con un paño húmedo para quitar el exceso de sal y azúcar.
Beneficios de consumir yema de huevo
La revista digital Mejor con Salud señala que la yema de huevo aporta cerca de cuatro gramos de grasa por unidad, de los cuales solo 1.5 corresponden a grasas saturadas, consideradas menos recomendables; el resto son grasas insaturadas que contribuyen con beneficios importantes para el organismo. Por otro lado, aunque la yema contiene una baja cantidad de colesterol y resulta segura para personas sanas, quienes presentan niveles elevados deben moderar su consumo en vez de eliminarla por completo, ya que su aporte proteico sigue siendo valioso para el cuerpo.
La yema también destaca por ser una fuente rica en minerales y vitaminas esenciales ya que aporta hierro, fósforo, potasio y magnesio. En cuanto a vitaminas, contiene A, D, E, B1, B2, B6, B9 (ácido fólico) y B12. Además, es uno de los pocos alimentos que aporta vitamina D de manera natural.
Un componente relevante de este ingrediente es la colina, fundamental para el funcionamiento del cerebro, la memoria y la prevención de trastornos neurodegenerativos como el Alzheimer. También contiene lecitina, un compuesto que ayuda a reducir la absorción del colesterol en el cuerpo y es esencial para el buen estado del sistema nervioso, la médula ósea, el cerebro, el hígado y el corazón. Así mismo, contribuye a mejorar funciones cognitivas como la memoria y la concentración.